Este artículo analiza críticamente las pautas de evaluación actuales vigentes desde 2014 que deben aplicarse para determinar la aptitud para conducir de los pacientes con vértigo y trastornos del equilibrio (en el documento oficial denominado «trastornos del sentido del equilibrio»). Con todo el respeto que nos merece el meticuloso trabajo de la comisión de expertos que estableció las directrices -cuyas características no se conocen en ningún otro lugar-, consideramos que su revisión es imperativa. Basándonos en nuestra larga experiencia en el Centro Alemán de Mareos y Trastornos del Equilibrio de la LMU de Múnich, consideramos que estas restricciones son demasiado estrictas y que los intervalos sin mareos exigidos son demasiado largos.Las directrices estipulan ahora lo siguiente para los conductores con un permiso de conducir del grupo 1 («privado»):1) Los pacientes con enfermedad de Meniere (ataques sin pródromos) deben no haber tenido ataques durante 2 años antes de poder volver a conducir un coche.2) Los pacientes con migraña vestibular sin pródromos no deben haber tenido ningún ataque durante 3 años.Las siguientes estipulaciones son válidas para los conductores con un permiso de conducir del grupo 1 y del grupo 2 («conductor profesional»):3) Los pacientes con vestibulopatía bilateral se consideran, por lo general, discapacitados para conducir4) Los pacientes con formas de vértigo vestibular central, por ejemplo, trastornos oculomotores como los síndromes de nistagmo descendente y ascendente, también se consideran, por lo general, discapacitados para conducir5.Los pacientes con formas funcionales (psicógenas) de vértigo (por ejemplo, vértigo postural fóbico) que tienen un permiso de conducir del grupo 1 se consideran discapacitados para conducir si el vértigo se produce durante la conducción. Los que tienen un permiso de conducir del grupo 2 se consideran, en general, discapacitados para conducir. Sin embargo, muchos pacientes con vértigo episódico o crónico tienen síntomas tan leves que su aptitud para conducir no se ve afectada de forma relevante o, si sufren un ataque, pueden dejar de conducir de forma controlada. En cambio, las restricciones de otras enfermedades que se acompañan de trastornos de la cognición y la conciencia similares a los ataques, como las epilepsias, son menos estrictas. Dependiendo del tipo de ataque o de su desencadenante, el intervalo libre de ataques para estos pacientes con permiso de conducir del grupo 1 es de 3 meses a 1 año, aunque es evidente que no son aptos para conducir durante un ataque.
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