El tratamiento de la parotitis crónica se basa en los síntomas del paciente y las decisiones son, por definición, subjetivas. La parotitis recurrente, una condición desagradable y angustiosa, se maneja de forma conservadora en la mayoría de los casos, pero ocasionalmente requiere cirugía para poner fin a los frecuentes y graves episodios de infección. La decisión de la cirugía se basa en los síntomas subjetivos.
La glándula inflamada hace que la cirugía sea más difícil, y la incidencia de lesiones en el nervio facial puede ser ligeramente mayor que en la extirpación de tumores benignos.
El tratamiento estándar es la parotidectomía superficial, pero si el TAC o la cirugía revelan una afectación significativa del lóbulo profundo, se diseca esa porción de la glándula por debajo del nervio.
La fibrosis hace que la resistencia a la tracción de la glándula circundante sea mucho mayor que la del propio nervio. La cirugía es difícil y costosa. La parotidectomía sigue siendo el tratamiento más aceptable en los Estados Unidos.
En la neurectomía timpánica, el suministro parasimpático a la glándula parótida se secciona dentro del oído medio para provocar la atrofia de la glándula. El éxito no es uniforme, pero la magnitud de la cirugía es menor. Si se cree que la disminución del flujo salival es la causa de la parotitis crónica, el tratamiento es irracional.
En la ligadura del conducto parotídeo, se puede ligar el conducto para provocar la atrofia de la glándula y evitar que las infecciones bacterianas ascendentes entren en la boca. El conducto debe disecarse a lo largo de una corta distancia dentro de la mejilla y seccionarse. El conducto debe ser cosido para asegurar la cicatrización del tejido blando. La ligadura simple suele dar lugar a la recanalización del conducto. El procedimiento se basa en suposiciones que pueden no ser ciertas, y la justificación es débil.
Desde hace más de 40 años se han realizado informes intermitentes de otra técnica de tratamiento, la instilación de violeta de metilo en el conducto parotídeo para destruir la glándula. Sin embargo, este procedimiento no se realiza habitualmente en Estados Unidos, posiblemente por el temor a que el producto químico sea cancerígeno. Se masajea la glándula para eliminar la saliva y se canula el conducto con un tubo de polietileno de 1 a 3 mm. Se instilan de 1 a 3 mL de violeta de metilo al 1% hasta que los conductos estén llenos y el paciente se queje de presión. El tubo se ocluye durante 30 minutos y luego se retira. La glándula se hincha durante 1 ó 2 semanas, y el sistema de conductos debería quedar obliterado en 2 ó 4 semanas. Si los síntomas persisten después de este tiempo, se puede realizar una segunda inyección. Este método es mucho más barato que la parotidectomía y debería evitar las infecciones ascendentes de la boca. No es seguro que los acinos involucionen y desaparezcan. Se ha demostrado que otras sustancias, como la tetraciclina, provocan la necrosis de la glándula cuando se instilan en el sistema ductal.
Una revisión de la literatura realizada por Ramakrishna et al indicó que la sialendoscopia puede utilizarse para tratar de forma segura y eficaz la parotiditis recurrente juvenil. Los investigadores informaron de que las proporciones agrupadas ponderadas de las tasas de éxito, medidas por la ausencia de episodios adicionales de parotitis, fueron del 73% (por paciente; n=120) y del 81% (por glándula; n=165). La proporción ponderada de las tasas de éxito según la necesidad de no realizar ninguna sialendoscopia adicional fue del 87% (por paciente).
Un estudio retrospectivo realizado por Mikolajczak et al indicó que la parotitis juvenil crónica recurrente puede tratarse de forma segura y eficaz con una combinación de sialendoscopia y aplicación de corticosteroides intraductales. En el estudio participaron nueve niños con parotitis recurrente (10 glándulas parótidas afectadas en total) que se sometieron al tratamiento, sin que se produjeran efectos secundarios asociados a la sialendoscopia. Tras un periodo de seguimiento medio de 15 meses, los investigadores comprobaron que ocho de los niños no presentaban síntomas. Aunque el noveno paciente seguía presentando una ligera inflamación de la glándula parótida durante el seguimiento, no fue necesaria la terapia con antibióticos.
Sin embargo, un estudio retrospectivo de 12 pacientes realizado por Roby et al indicó que la infusión de corticosteroides ductales sola produce un resultado similar a la combinación sialendoscopia/corticosteroides intraductales en el tratamiento de la parotitis recurrente juvenil.
Un estudio prospectivo realizado por Jokela et al indicó que la sialendoscopia también puede reducir los síntomas en adultos con parotitis recurrente crónica. El estudio, que incluyó a 49 pacientes adultos con la afección pero sin sialolitiasis, halló una reducción significativa de la puntuación de la escala analógica visual y una disminución de la frecuencia de los síntomas a los 3, 6 y 12 meses de seguimiento. Sin embargo, la incidencia de resolución completa y permanente de los síntomas fue pequeña.
Un estudio retrospectivo de Guo et al indicó que en los pacientes con parotitis obstructiva crónica asociada al síndrome de Sjögren, la sialendoscopia intervencionista vuelve a ser un tratamiento eficaz. Los investigadores descubrieron que en 17 pacientes (27 glándulas parótidas) que se sometieron al procedimiento, la puntuación media de la escala visual analógica (EVA) preoperatoria mejoró significativamente a los 6 meses de seguimiento tras el procedimiento (6 frente a 4,5, respectivamente).
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