El síntoma principal de una fractura por estrés es el dolor y la sensibilidad en el lugar de la fractura, aunque algunas fracturas por estrés producen pocos o ningún síntoma hasta que progresan a una lesión más grave, como una fractura desplazada.1

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Los síntomas de la fractura por estrés incluyen, pero no se limitan a:

Dolor persistente y punzante que se siente en lo más profundo del pie, dedo, tobillo, espinilla, cadera o brazo. El origen exacto del dolor puede ser difícil de precisar, como un dolor general en todo el pie o la parte inferior de la pierna.1

Dolor sordo que desaparece con el reposo pero que se reanuda con la actividad o el levantamiento de peso. Por ejemplo, un dolor en el pie o el tobillo que aparece cuando el pie golpea el suelo al correr o bailar, pero que desaparece al terminar las sesiones de ejercicio, o un dolor en el codo o el hombro que sólo se produce al lanzar o recibir una pelota. Puede que el dolor no comience al principio del ejercicio, sino que se desarrolle en el mismo punto durante la actividad.

Una sensación general de debilidad en un pie, tobillo o extremidad, con o sin dolor. Un corredor puede ser repentinamente incapaz de igualar velocidades o distancias anteriores sin sentirse agotado o sin que la pierna ceda, aunque es menos probable que esto ocurra sin que haya al menos algo de dolor.1

Dolor e hinchazón. El tejido blando alrededor de una fractura por estrés puede hincharse y ser sensible al tacto. También pueden aparecer hematomas, aunque esto es poco frecuente en la mayoría de las fracturas por estrés hasta que se vuelven graves.1-3

Dolor localizado por la noche. El dolor en una zona determinada, como el pie, el tobillo o la cadera que aparece por la noche suele estar asociado a las fracturas por estrés, incluso si el dolor no es debilitante durante las actividades deportivas.2

Dolor que no mejora con el reposo o el protocolo RICE. El dolor que se reanuda o permanece constante a pesar de tomarse un tiempo para descansar y/o utilizar el protocolo RICE (reposo, hielo, compresión y elevación) puede deberse a una fractura por estrés o a otras causas.2

Aprenda más: Los principios del protocolo P.R.I.C.E.

Dolor en la espalda o en los costados. El dolor persistente en el tronco a veces puede ser un indicador de fracturas por estrés en la caja torácica y/o el esternón, que pueden ocurrir en atletas que practican deportes como el remo, el tenis o el béisbol.

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Dolor que empeora progresivamente con el tiempo. El dolor que comienza como un dolor sordo que antes sólo aparecía durante la actividad deportiva pero que se ha convertido en constante y debilitante puede ser una indicación de una fractura por estrés en desarrollo. Otro motivo de preocupación es cuando un paciente joven y sano necesita muletas debido a un dolor en las extremidades inferiores que se ha desarrollado gradualmente, ya que esto puede ser un signo de una fractura por estrés.

Dolor que aparece poco después de un cambio de actividad. El dolor persistente que aparece entre 7 y 10 días después de un aumento significativo de la actividad extenuante -como inscribirse en un campamento militar- se asocia con frecuencia a las fracturas por estrés.

Ver Diagnóstico de una fractura de escápula

Debido a que las fracturas por estrés a menudo sólo mejoran con el reposo, se aconseja a cualquier atleta que experimente síntomas que indiquen una posible fractura por estrés que se tome un descanso de la actividad deportiva y acuda a un médico formado en medicina deportiva para obtener un diagnóstico y un plan de tratamiento precisos.

  • 1.Wedro B. Fractura por estrés. eMedicineHealth.com. 11 de junio de 2014: 2.American Orthopaedic Foot and Ankle Society. Stress fracture. FootCareMD.com. http://www.aofas.org/footcaremd/conditions/ailments-of-the-midfoot/Pages/Stress-Fractures.aspx. Consultado el 23 de diciembre de 2014.
  • 3.Fracturas de estrés. The American College of Foot & Ankle Orthopedics & Medicine. Disponible en http://www.acfaom.org/information-for-patients/common-conditions/stress-fractures. Consultado el 23 de diciembre de 2014.
  • 4.Demetrious T, Harrop, B. Rib stress fracture. Physioadvisor. http://www.physioadvisor.com.au/14732250/rib-stress-fracture-physioadvisor.htm. Consultado el 23 de diciembre de 2014.
  • 5.Wilder R, Sethi S. Overuse injuries: tendinopathies, stress fractures, compartment syndrome, and shin splints. Clin Sports Med. 23 (2004) 55-81.
  • 6.Greany RB et al. Distribution and natural history of stress fractures in U.S. Marine recruits. Radiology. 1983; 146: 339-346. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/6217486. Resumen consultado el 23 de diciembre de 2014.

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