Según el Diccionario Oxford, la verosimilitud es «la apariencia de ser verdadero o real». Traducido a una visión más literaria de las cosas, la versimilitud es la capacidad del texto de ser real para el espectador. Cuanta más versimilitud tenga una novela, más capaz será de hacer que el lector «suspenda su incredulidad» y acepte los acontecimientos de la historia.
Los autores utilizan la versimilitud en la literatura estableciendo paralelismos entre su mundo de ficción y el mundo real. Un ejemplo de esto sería Gullivers Travels de Jonathan Swift. Swift critica a los partidos políticos de Inglaterra, los Whigs y los Tories, haciendo que su reino ficticio sea gobernado por
«dos partidos que luchan en este Imperio, bajo los nombres de Tramecksan y Slamecksan por los tacones altos y bajos de sus zapatos, por los que se distinguen»
Al hacer que los dos partidos ficticios discrepen en asuntos extremadamente triviales, se burla de los Whigs y los Tories que hacen lo mismo. Debido a este claro paralelismo con la vida real, Jonathan Swift consigue una gran versimilitud.
Otra forma en que los autores utilizan la versimilitud es manteniendo su texto coherente, lógico y detallado. Los lectores suelen conectar más con una novela cuando ésta fluye y no tiene ningún fallo evidente. Al fin y al cabo, sería difícil leer una historia que dice una cosa, para luego decir lo contrario un capítulo después. Un ejemplo de esto es La aventura de Huckleberry Finn de Mark Twain.
En esta novela Mark Twain escribe a través de la perspectiva de Huckleberry Finn, un niño en el Sur de Estados Unidos antes de la Guerra Civil. Para dar mayor versatilidad a su novela, Twain hace que Huckleberry Finn, y otros personajes, afecten a un fuerte acento sureño y a la lengua vernácula, así:
«Ya no quería volver. Había dejado de maldecir, porque a la viuda no le gustaba; pero ahora volví a hacerlo porque papá no tenía ninguna objeción… Pero cuando papá se volvió demasiado hábil con sus palabrotas, no pude soportarlo. Estaba llena de ronchas. También empezó a irse mucho y a encerrarme. Una vez me encerró y estuvo fuera tres días. Era una soledad espantosa.»
Este discurso es probablemente como sonaba la gente de entonces en esa zona, y el hecho de estar tan cerca de la verdad es lo que le da versatilidad.
¡Espero haber ayudado!
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