La citrulinación es un proceso fisiológico normal que ocurre en muchas células moribundas. La citrulina es un aminoácido no estándar que se produce por la disminución del residuo de arginina presente en ciertas proteínas humanas por la enzima peptidil arginina deiminasa (PAD). La enzima PAD tiene varias isoformas, de las cuales PAD2 y PAD4 se expresan en los leucocitos inflamatorios. La liberación de PAD de las células moribundas citrulina las proteínas extracelulares que contienen arginina. La producción de anticuerpos contra las proteínas citrulinadas (ACPA) depende de los antecedentes genéticos del paciente.
Las proteínas modificadas con citrulina se observan en la capa de queratina de la epidermis y en el cerebro. La inducción de la expresión de las proteínas citrulinadas se observa en diversos estados inflamatorios y durante la apoptosis. Las articulaciones en estado normal no contienen proteínas citrulinadas, mientras que una serie de proteínas citrulinadas diferentes están presentes durante varios tipos de inflamación. El ACPA se ha identificado en el líquido sinovial de pacientes con artritis reumatoide.
Un estudio de Mouterde et al descubrió que en los pacientes con artritis temprana que eran seronegativos para el factor reumatoide (FR) y el ACPA, la enfermedad era menos activa al inicio y la progresión radiográfica era menos grave a los 3 años de seguimiento que en los pacientes que eran seropositivos para el FR y/o el ACPA.
Sin embargo, un estudio retrospectivo realizado por Murata et al indicó que en los pacientes con artritis reumatoide recién diagnosticada que son positivos para el anticuerpo contra el péptido citrulinado cíclico (anti-CCP), no existe una asociación entre los antecedentes familiares de artritis reumatoide y la elevada actividad de la enfermedad al inicio. Además, los investigadores informaron de que dichos antecedentes no predicen un mal resultado a los 2 años del inicio de la artritis en estos pacientes.
Los anticuerpos anti-CCP y otros marcadores de autoanticuerpos pueden ser útiles para determinar qué pacientes con artritis reumatoide pueden beneficiarse de tratamientos como los anticuerpos monoclonales contra el factor de necrosis tumoral alfa (TNFa). Además, los anticuerpos anti-CCP han demostrado ser predictivos de la progresión de los pacientes, indicando una enfermedad más erosiva o una mayor afectación articular. Se descubrió que los anticuerpos anti-CCP eran más predictivos de la artritis erosiva que otras medidas, como las metaloproteinasas de matriz-3, la velocidad de sedimentación globular y la proteína C reactiva.
Una revisión de la literatura realizada por Kim y Lee descubrió que la prevalencia de anticuerpos anti-CCP en pacientes con artritis psoriásica era del 9,8%, y que los anticuerpos estaban relacionados con un mayor riesgo de poliartritis (odds ratio = 4,390), erosión ósea (OR = 2,800) y dactilitis (OR = 1,958).
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