Internet es un factor que define la educación moderna. De hecho, la educación se ha vuelto más accesible y extendida que nunca gracias a Internet. Desde el uso de libros de texto digitales hasta la obtención de un título en línea, cada vez más funciones del aula y experiencias de los estudiantes se trasladan al ciberespacio, incluyendo, por desgracia, el acoso escolar.
A pesar de todo lo bueno que Internet ha aportado a estudiantes, padres y profesores por igual, hay personas que lo utilizan con intenciones maliciosas. Y al igual que el acoso ha existido desde el principio de los tiempos, el acoso virtual ha existido desde el principio de Internet. Esta guía sobre el ciberacoso de la Universidad Maryville Online te ayudará a aprender todo lo que necesitas saber sobre el ciberacoso, desde datos y estadísticas relevantes hasta recursos útiles, para que puedas mantener a tu hijo adolescente a salvo en Internet.
Definición de ciberacoso
Según el diccionario Merriam-Webster, «ciberacoso» se utilizó por primera vez en 1998. Lo definen como «la publicación electrónica de mensajes malintencionados sobre una persona (como un estudiante) a menudo realizada de forma anónima.» Pero a medida que ha pasado el tiempo y la propia Internet ha evolucionado, también lo ha hecho la definición de ciberacoso.
Stopbullying.gov define el ciberacoso como «la intimidación que tiene lugar a través de dispositivos digitales como teléfonos móviles, ordenadores y tabletas», mientras que el Centro de Investigación del Ciberacoso lo describe como el «daño intencionado y repetido infligido a través del uso de ordenadores, teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos.» Esencialmente, es el uso de la comunicación electrónica para reflejar la forma en que una persona sería acosada en la vida real, normalmente mediante el envío de mensajes de naturaleza intimidatoria o amenazante.
Diferencias con respecto al acoso tradicional
Hay algunos aspectos del ciberacoso que lo diferencian del acoso tradicional, que lo convierten en una preocupación única para padres y profesores. Algunas de estas diferencias son:
- Anonimato: Mientras que las víctimas suelen saber quién es su acosador, los acosadores en línea pueden ser capaces de ocultar su identidad en la red. El anonimato de Internet puede llevar a abusos más crueles o duros por parte del acosador, todo ello mientras la víctima no tiene medios para descubrir quién es su acosador.
- Implacable: El acoso suele terminar una vez que la víctima se aleja de la situación social negativa. Sin embargo, los teléfonos inteligentes, los ordenadores portátiles y otros dispositivos han hecho posible que las personas se comuniquen entre sí a todas horas y desde casi cualquier lugar. Los ciberacosadores pueden atormentar a su víctima las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, lo que dificulta que la víctima pueda escapar de él yendo a casa o incluso cambiando de colegio.
- Público: Con el acoso tradicional, a menudo sólo las personas que interactúan con los implicados conocerán el abuso. Sin embargo, cuando el contenido se publica o se comparte en línea, es posible que cualquier persona lo vea. Esto expone a la víctima a más burlas o dolor por parte de extraños. Esto se agrava por el anonimato que ofrecen los espacios virtuales: mientras que el acoso en persona puede hacerse de forma encubierta o fuera de la vista para evitar el castigo, los ciberacosadores no tienen que temer ser presenciados en el acto si no se conoce su identidad.
- Permanente: Dado que el contenido en línea es imposible de eliminar por completo, el ciberacoso puede dañar la reputación de la víctima, o posiblemente del acosador, de forma permanente. Aunque el contenido se elimine o borre del sitio original, alguien puede encontrarlo publicado en otro lugar más adelante. Esto puede repercutir negativamente en futuros empleos, admisiones universitarias o relaciones tanto para la víctima como para el acosador.
- Fácil de pasar por alto: El ciberacoso puede ser más difícil de descubrir para los profesores, administradores y padres, porque pueden no tener acceso a las actividades en línea de los estudiantes. Es posible que no puedan escuchar o ver cómo se produce el abuso. A menos que alguien lo denuncie, es posible que los padres y los profesores nunca sepan que se está produciendo el acoso.
- Según el Suplemento de Delitos Escolares del Centro Nacional de Estadísticas Educativas y la Oficina de Estadísticas de Justicia, el 28 por ciento de todos los estudiantes de sexto a duodécimo grado han sufrido algún tipo de acoso.
- Stopbullying.gov señala que alrededor del 30 por ciento de los estudiantes han acosado a otros de alguna manera o forma durante su vida.
- Una encuesta de la Organización Mundial de la Salud informa de que, en comparación con otros 35 países de América y Europa, Estados Unidos experimenta una cantidad media de acoso. En varios grupos de edad, Estonia y Lituania ocupan los primeros puestos en cuanto a acoso y victimización, mientras que la República Checa, Eslovenia y Suecia registran las tasas más bajas.
- El Centro de Investigación sobre el Ciberacoso informa de que, en 2016, alrededor del 34 por ciento de los estudiantes había sido víctima de ciberacoso en algún momento de su vida.
- El mismo informe de 2016 señala que las chicas eran algo más propensas a ser víctimas de ciberacoso que los chicos: El 36,7 por ciento de las adolescentes había experimentado ciberacoso en algún momento de su vida, en comparación con el 30,5 por ciento de los adolescentes.
- Los jóvenes que forman parte de la comunidad LGBTQ son significativamente más propensos a experimentar ciberacoso. La Encuesta Nacional de Clima Escolar de 2015 encontró que casi la mitad (48,6 por ciento) de los estudiantes que son LGBTQ habían experimentado el ciberacoso en algún momento del último año.
- El Centro de Investigación del Ciberacoso también encontró que alrededor del 16 por ciento de los estudiantes habían ciberacosado a otros en algún momento de su vida.
- Un estudio publicado en el Journal of Adolescent Health, titulado The Overlap Between Cyberbullying and Traditional Bullying (El solapamiento entre el ciberacoso y el acoso tradicional), descubrió que menos del cinco por ciento de las víctimas de acoso experimentan solo el ciberacoso. Normalmente, las víctimas se encuentran con al menos otra forma de acoso tradicional además del ciberacoso.
- Ansiedad o ira: Preste atención al estado de ánimo de su hijo adolescente tanto durante como después de utilizar el teléfono móvil o el ordenador. ¿Parecen constantemente ansiosos, nerviosos o alterados cuando pasan tiempo en línea? Se enfadan o tienen arrebatos cuando están en línea?
- Secreto: ¿Su adolescente se ha vuelto reservado o está a la defensiva sobre sus actividades en línea? Si apaga inesperadamente los dispositivos cuando otros se acercan, se niega a hablar de lo que hace en línea o se enfada o agita cuando usted intenta hablar de ello con él, puede estar intentando ocultar el hecho de que está siendo acosado.
- Evitar la tecnología: Tome nota de la frecuencia de la cantidad de tiempo que su hijo adolescente pasa en línea, especialmente si siempre han disfrutado de ella. Si de repente han dejado de usar sus dispositivos con tanta frecuencia (o posiblemente por completo), pueden estar intentando evitar a un acosador.
- Se vuelve retraído: Incluso si su adolescente siempre ha sido tranquilo o introvertido, observe su comportamiento social. Quieren pasar cada vez más tiempo lejos de sus amigos y compañeros? ¿Han empezado a comentar repentinamente su falta de amigos o el drama que hay en la escuela? ¿Han estado alejando a las personas que tienen cerca y quieren pasar más tiempo a solas?
- Aumento de los mensajes: ¿Ha empezado su adolescente a recibir muchos más mensajes o correos electrónicos de los que suele recibir? Son de números o personas que no reconoce? ¿Es tu adolescente evasivo cuando le preguntas quién se pone en contacto con él?
- Depresión: ¿Ha cambiado el estado de ánimo de su adolescente? Parecen a menudo tristes o deprimidos? Ha habido un cambio drástico en sus patrones de alimentación o de sueño? ¿Afirman estar enfermos más a menudo para evitar ir a la escuela o a los eventos sociales? Han perdido el interés por otras actividades o aficiones?
- Muchas cuentas: ¿Tiene su hijo adolescente un gran número de cuentas en las redes sociales en varios sitios web? ¿Están bajo otros nombres que no sean el de su adolescente? Reconoces el nombre que aparece en la cuenta? Puede estar intentando acosar a alguien de forma anónima o infiltrarse en las cuentas de otros.
- Secreto: ¿Es tu hijo adolescente reservado con lo que hace en Internet? Apagan u ocultan su pantalla cuando otros se acercan a ellos mientras están en línea? ¿Son evasivos u hostiles cuando les preguntas sobre sus actividades en línea? ¿Se irritan o molestan si les interrumpes mientras usan el teléfono o el ordenador?
- Las largas horas en línea: Preste atención a la cantidad de tiempo que su hijo adolescente pasa en línea. Es excesivo, sobre todo en comparación con el tiempo que han pasado en Internet en el pasado? ¿Se obsesiona por pasar tiempo en sus dispositivos o por revisar sus mensajes? ¿Prefieren pasar tiempo en línea en momentos del día en los que es menos probable que sean supervisados, como antes de que usted llegue a casa del trabajo o en medio de la noche?
- Falta de remordimiento: ¿Parece que a su hijo adolescente no le importa si sus palabras o acciones dañan a los demás? ¿Hacen comentarios sarcásticos o groseros, especialmente cuando utilizan el teléfono o el ordenador? ¿Esta insensibilidad es nueva o está fuera del carácter de su adolescente?
- Nuevo grupo de amigos: ¿Su adolescente ha hecho recientemente nuevos amigos que parecen ser malos o agresivos? ¿Tienen estos amigos un historial de acoso a otros? ¿Su adolescente se ha preocupado por impresionarlos o por hacerse más popular con ellos? La presión de los nuevos amigos que parecen agresivos puede motivar a muchos adolescentes a empezar a ciberacosar a otros.
- Se ha vuelto retraído: ¿Ha abandonado su adolescente actividades y aficiones en favor de pasar más tiempo en línea? ¿Ya no quieren pasar tiempo con amigos cercanos o miembros de la familia, prefiriendo pasar tiempo a solas con sus dispositivos? ¿Parece estar deprimido?
- Aburrimiento: Algunos adolescentes pueden estar simplemente aburridos y o ansiosos de atención. Es una forma de añadir emoción o drama a sus vidas con muy poco esfuerzo. El ciberacoso a menudo se convierte en una nueva forma de entretenimiento online.
- Presión de los compañeros: Algunos acosadores pueden estar tratando de impresionar a sus compañeros, ser más populares o mantener su estatus social. Formar parte de un grupo puede dar a la gente una falsa sensación de seguridad de que sus acciones son aceptables o normales.
- Venganza: Los adolescentes pueden elegir acosar cibernéticamente a alguien porque se sienten perjudicados por esa persona o porque su víctima se lo merece. El acosador puede sentir que su comportamiento está justificado debido al dolor que la víctima le infligió previamente.
- Anonimato: Los ciberacosadores pueden abrazar la posibilidad de ser anónimos haciendo todo su acoso en línea bajo una identidad distinta a la suya. Pueden sentir que no les van a pillar y que no tienen que enfrentarse a su víctima directamente.
- Ignorancia: Algunos ciberacosadores pueden simplemente no darse cuenta de que lo que están haciendo es, de hecho, acoso. Pueden pensar que es sólo una broma y no tomarse la situación en serio.
- Disminución de la autoestima: El acoso de todo tipo suele ser perjudicial para la autoestima de la víctima. Las víctimas pueden creer que todos sus compañeros les desagradan y desarrollan problemas de confianza y seguridad.
- Afectados emocionalmente: El ciberacoso puede provocar un cambio en el estado de ánimo o en las emociones de la víctima. El estrés constante de los ataques puede hacer que las víctimas sean propensas a sufrir estallidos de frustración, tristeza o ira al intentar hacer frente al acoso.
- Síntomas físicos: Las víctimas pueden empezar a desarrollar dolores de cabeza frecuentes, dolores de estómago y tener problemas para dormir. Aunque no son atacados físicamente por el acosador, el estrés continuo del acoso puede pasar factura física a medida que la víctima se estresa y se pone cada vez más ansiosa.
- Depresión: El ciberacoso puede hacer que las víctimas desarrollen una depresión. El estrés constante y la disminución de la autoestima pueden hacer que se sientan sin esperanza, sin amor y con tristeza.
- Pensamientos suicidas: Alrededor del 20% de las víctimas de ciberacoso se plantean seriamente el suicidio. El acoso no provoca directamente que las víctimas se suiciden, pero sí las expone a un mayor riesgo de hacerlo.
- Privacidad: Enseñe a su joven adulto la importancia de mantener la privacidad en línea. Asegúrese de que sabe que nunca debe compartir información personal, como direcciones físicas y números de teléfono, con extraños en Internet. Asegúrese de que saben que nunca deben compartir ninguna de las contraseñas de sus cuentas, ni siquiera con sus amigos íntimos.
- Extraños: Hágales saber que se aplican las mismas reglas a los extraños en línea que en persona. Asegúrate de que saben que deben tener cuidado, o evitar por completo, hablar con extraños en línea. Dígales que no siempre se sabe cuáles son las intenciones de alguien, y que algunas personas pueden tratar de hacerse amigos para hacerles daño.
- Permanencia: Recuérdale a tu hijo adolescente que una vez que algo se pone en línea, nunca puede ser verdaderamente borrado, incluso si la publicación es eliminada. Hágale saber que no puede anticipar ni controlar quién puede llegar a ver ese contenido, por lo que debe pensar muy bien antes de compartir cosas en línea.
- No te comprometas: Anime a su hijo adolescente a evitar comprometerse con cualquier ciberacosador. Puede ser difícil ignorar los comentarios incendiarios a propósito, pero recuérdele a su hijo adolescente que responder a sus mensajes sólo intensificará los esfuerzos del acosador y que lo hace para obtener una reacción. Hay más posibilidades de que el acoso cese por completo si tu hijo adolescente los ignora.
- Bloquéalos: Dile a tu hijo adolescente que debe bloquear el número de teléfono y las cuentas de las redes sociales de cualquier persona que le acose. Esto es especialmente importante si su adolescente tiene problemas para ignorarlos, o los acosadores son muy persistentes. Los acosadores pueden crear otras cuentas o reclutar amigos para seguir atormentando a tu adolescente, pero anímale a bloquear esas cuentas también.
- Cambia la información de contacto: Si ignorar y bloquear a los ciberacosadores no ayuda o intensifica sus esfuerzos, dile a tu adolescente que siempre puedes cambiar su información de contacto. Asegúrese de que sabe que está encantado de ayudarle a actualizar su número de teléfono y su dirección de correo electrónico.
- Haga un registro: Pide a tu hijo adolescente que documente todos y cada uno de los mensajes, comentarios u otros abusos de los acosadores en línea. Enséñale a hacer una captura de pantalla y pídele que no borre ningún mensaje. Tener pruebas del acoso será útil si necesitas contactar con alguna autoridad.
El ciberacoso es muy diferente del acoso tradicional, pero sigue siendo acoso. Las consecuencias y los peligros siguen siendo los mismos, si no aumentan en su gravedad y duración. Aunque ocurra en línea en lugar de en persona, el ciberacoso debe tomarse tan en serio como el acoso tradicional.
Estadísticas del ciberacoso
El ciberacoso no es algo que se hayan inventado los padres o el adolescente. Es más común de lo que se cree. Y para muchos adolescentes, adultos jóvenes y usuarios de las redes sociales, supone una amenaza muy real.
Ejemplos de ciberacoso
A medida que la tecnología se ha desarrollado en los últimos veinte años, el ciberacoso se ha convertido en un problema cada vez mayor. La inmensa popularidad de los teléfonos inteligentes, las diversas aplicaciones de mensajería instantánea y el auge de las redes sociales han abierto un número cada vez mayor de vías para que los ciberacosadores hagan daño a sus objetivos.
Acoso
Al igual que el acoso fuera de línea, el acoso en línea implica el envío de mensajes abusivos u ofensivos a un individuo o grupo. El acoso requiere un gran esfuerzo por parte del acosador para herir a la víctima. Además, es intencionado, repetido y constante. A menudo, la víctima no puede librarse del acosador. Especialmente durante un período de tiempo, estos mensajes pueden tener un impacto negativo en la autoestima o la confianza de la víctima.
El ciberacoso
El ciberacoso es una forma de acoso. Estos mensajes a menudo ya no son sólo ofensivos o groseros, sino que tienen un carácter más amenazante. Los mensajes pueden escalar hasta amenazar la seguridad física de la víctima. El ciberacoso puede llevar rápidamente al acoso en persona o al acecho.
La exclusión consiste en excluir deliberadamente a la víctima. Esto puede implicar dejarlas fuera de los grupos de medios sociales, salas de chat, mensajes, eventos o actividades. Puede significar tener conversaciones a propósito en plataformas de medios sociales o aplicaciones a las que la víctima no tiene acceso, o que ve, pero no puede unirse. El grupo puede pasar a decir cosas crueles o groseras sobre la persona excluida a sus espaldas.
El outing
El outing es cuando el acosador comparte públicamente mensajes privados, fotos u otra información sobre la víctima en Internet. Esto se hace sin el conocimiento o el consentimiento de la víctima, y tiene como objetivo avergonzarla o humillarla. La información puede ser trivial o más privada y seria, pero en cualquier caso, es una forma de outing.
La suplantación de identidad
La suplantación de identidad ocurre cuando el acosador, o posiblemente los acosadores, asumen otra identidad para acosar anónimamente a la víctima. Pueden hacerse pasar por otra persona, utilizar la cuenta o el número de teléfono de una persona real o crear una identidad completamente falsa. A menudo, el acosador conoce bien a la víctima si siente la necesidad de ocultar su identidad. El acosador puede acosar o ciberacosar a la víctima. Esto se hace normalmente en un intento de divertirse o humillar a la víctima.
Fraping
Fraping es el acto de entrar en el perfil de las redes sociales de alguien y publicar contenido inapropiado bajo su nombre. Aunque mucha gente lo considera una broma divertida, el fraping puede dañar la reputación de alguien, meterle en problemas con su familia o avergonzarle o perjudicarle de alguna manera.
Estas diversas formas de ciberacoso a menudo se solapan, y el acosador puede optar por emplear o combinar múltiples tácticas para dañar a su objetivo. Por ejemplo, pueden compartir información privada sobre alguien después de obtener acceso a su propia cuenta.
Además, todos estos diferentes tipos de ciberacoso pueden tener lugar en diferentes dispositivos, sitios web de medios sociales, foros, mensajes de texto o aplicaciones móviles. Es posible que alguien ni siquiera se dé cuenta de que está acosando a alguien, o incluso de que está siendo acosado.
Leyes sobre el ciberacoso
El acoso se ha convertido en un problema tan generalizado en los últimos años que existen iniciativas y leyes en múltiples niveles de gobierno para prevenirlo.
Leyes federales
No hay leyes federales que aborden específicamente el acoso. El ciberacoso es una notable excepción a esta regla. Aunque no hay leyes federales relativas al ciberacoso específicamente, es una acción criminal bajo otras leyes contra el acoso y el acoso.
El acoso puede solaparse con la discriminación, el acoso o los delitos de odio si se basa en la raza, el origen nacional, el color, el sexo, la edad, la discapacidad o la religión. Si se produce ese solapamiento, las escuelas financiadas con fondos federales de todos los niveles deben abordar y resolver el acoso.
El Servicio de Relaciones con la Comunidad del Departamento de Justicia de Estados Unidos ofrece recursos para ayudar a las comunidades a resolver conflictos, prevenir la violencia y responder a los delitos de odio y la discriminación. Es un servicio gratuito y confidencial que ofrece desde asesoramiento hasta asistencia técnica. Si el acoso persiste, las víctimas deben considerar la posibilidad de presentar una denuncia formal tanto en el Departamento de Educación como en el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Las leyes estatales
Los cincuenta estados tienen leyes contra el acoso. La mayoría de los estados, aunque no todos, también tienen leyes destinadas a prevenir el ciberacoso. Algunos estados también tienen políticas para ayudar a guiar a las escuelas y sus distritos a responder al acoso.
Familiarícese con las leyes y políticas de su estado. Puedes encontrar más información en el Cyberbullying Research Center o en stopbullying.gov.
También puede haber leyes locales a nivel regional, de condado o de ciudad. Si no hay nada más, la mayoría de los distritos escolares o los códigos de conducta de las escuelas contienen lenguaje o reglas antiacoso. Asegúrese de investigar las diversas políticas y leyes a nivel local en su área.
Cómo identificar el ciberacoso
Como se ha comentado anteriormente, uno de los aspectos más preocupantes del ciberacoso es lo difícil que puede ser reconocerlo. Aun así, los profesores deben estar siempre atentos a las señales que indican que un alumno está siendo acosado o que está siendo acosado.
Signos y síntomas del ciberacoso
Algunas de las señales de alerta del ciberacoso pueden coincidir con las del acoso tradicional. Sin embargo, aquí hay algunas cosas en las que debe fijarse en particular:
Uno de estos síntomas por sí solo puede no ser causa inmediata de preocupación, pero si empieza a notar que su hijo adolescente muestra continuamente muchos de estos comportamientos, puede ser el momento de abordar sus preocupaciones con ellos.
Por qué los niños no lo comentan
Muchos adolescentes ocultan el hecho de que están siendo acosados, en línea o en persona, a sus padres, profesores y otros adultos en su vida.
No se lo tome como algo personal si su hijo adolescente no le cuenta que está siendo acosado. Es una experiencia intensa y confusa a la que cada uno responde de forma diferente, y hay muchas razones por las que pueden elegir no hablar de ello con nadie.
Puede que no sepan qué es el ciberacoso, que se sientan avergonzados o que les preocupe que les quiten sus privilegios en línea. Puede que teman que el acosador tome represalias o que el abuso se intensifique si hablan, o puede que simplemente quieran averiguar cómo manejar esta situación por su cuenta.
Señales de que su hijo adolescente podría ser un acosador cibernético
También esté atento a las señales de advertencia de que su hijo adolescente podría estar acosando a sus compañeros. Puede resultar inesperado o chocante, pero el ciberacoso es cada vez más frecuente. No solo los «niños malos» son acosadores, y eso no significa que hayas fallado como padre.
Es increíblemente importante buscar señales de advertencia de que tu hijo adolescente puede ser un acosador. No sólo están tratando deliberadamente de hacer daño a los demás, sino que también puede ser su propia manera de buscar atención o ayuda. Algunas de las señales que hay que buscar son:
De nuevo, una de estas señales de advertencia puede no ser un indicador definitivo de que su adolescente esté ciberacoso a otros. Preste mucha atención al comportamiento de su adolescente, ya que algunos de estos signos pueden coincidir en realidad con los que indican que es víctima de acoso.
Por qué los adolescentes acosan cibernéticamente a otros
Las razones por las que un adolescente decide acosar a otro son complejas y variadas. Pueden querer sentirse poderosos, sentir la necesidad de actuar para llamar la atención o sentir que deben controlar a los demás. Aunque los motivos de cada persona son diferentes, pueden entrar en juego factores similares cuando los adolescentes eligen el ciberacoso:
Los posibles efectos del ciberacoso
Se sabe que el acoso tradicional tiene efectos adversos en las víctimas. El rendimiento académico puede verse afectado, la ansiedad y la depresión pueden desarrollarse – y estos problemas pueden continuar en la edad adulta. Y al igual que el acoso tradicional, el ciberacoso puede tener consecuencias graves y negativas para la víctima.
Las víctimas pueden experimentar los siguientes efectos después de ser ciberacosadas:
Al igual que con el acoso tradicional, estos problemas pueden persistir incluso después de que la víctima ya no sufra ciberacoso, y pueden continuar hasta bien entrada la edad adulta.
Cómo prevenir el ciberacoso
A medida que el ciberacoso se hace más común y extendido entre los adolescentes y los jóvenes, es cada vez más importante que los padres y los profesores eviten que se produzca, que intervengan cuando se produzca y que respondan adecuadamente tanto a las víctimas como a los acosadores.
Directrices para un uso adecuado de Internet
Inicie conversaciones sobre la seguridad en Internet incluso antes de que tengan la edad suficiente para utilizarla. Asegúrese de mantener un diálogo abierto con su hijo adolescente. Es probable que tenga que mantener nuevas conversaciones a medida que sus actividades en línea cambien y surjan nuevas preocupaciones de seguridad.
Algunos temas importantes que debe tratar antes de que su hijo adolescente se conecte a Internet son:
Establezca directrices claras sobre cómo espera que su joven adulto se comporte en Internet. Hágale saber que espera que se comporte en línea de forma tan ética como lo haría en persona. Considere la posibilidad de que su adolescente firme un Compromiso de los Jóvenes y de que usted firme un Compromiso de los Padres.
Recuerde que puede haber consecuencias si infringe el compromiso y pídales que le ayuden a usted a rendir cuentas también. Anímelos a que le pregunten si algo no está claro cuando están en línea.
Educar a su hijo adolescente sobre el ciberacoso
Además de las prácticas generales de seguridad en Internet, eduque a su hijo adolescente sobre el ciberacoso. Asegúrese de que saben lo que es realmente el ciberacoso y que no es una broma. El hecho de que sus amigos lo hagan para divertirse no significa que sea aceptable o que tengan que participar en él.
Enfatiza que la Regla de Oro -que tu hijo/a debe tratar a los demás como quiere que le traten- sigue siendo válida cuando está en línea. Enséñeles lo que significa ser un buen ciudadano digital.
Mantenga las líneas de comunicación abiertas. Hazles saber que siempre pueden venir a hablar contigo si experimentan o se encuentran con algún ciberacoso en línea. Asegura a tu hijo adolescente que no se enfrentará a repercusiones o a la pérdida de privilegios informáticos si está siendo acosado.
Cómo lidiar con un ciberacoso
Provee a tu hijo adolescente de las herramientas necesarias para lidiar con cualquier persona que sea grosera con él en Internet, incluido un ciberacoso. Recuerde que informar a un adulto sobre el ciberacoso puede ser difícil para los adolescentes, por lo que deben estar lo suficientemente preparados para manejar la situación por sí mismos.
Resalte la importancia del sentido común cuando se trata de un ciberacoso:
Aunque puede ser más fácil decirlo que hacerlo, también puedes animar a tu hijo adolescente a desconectarse más a menudo. Alejarse de sus dispositivos y centrarse en otra actividad puede ayudar a distraer a tu hijo adolescente del ciberacoso.
Supervisión de la actividad en las redes sociales
Encuentra el equilibrio adecuado entre la supervisión de las actividades online de tu hijo adolescente y el respeto a su privacidad. Habla con tu hijo adolescente sobre el grado en que lo vigilarás. Es posible que no le entusiasme la idea, pero explíquele que es importante para mantener su seguridad en línea.
Asegúrese de ser siempre sincero con su hijo adolescente si decide supervisar sus cuentas de redes sociales o sus mensajes de texto. Evite mirar el contenido o los mensajes personales sin el consentimiento de su hijo adolescente; puede ser una enorme violación de la privacidad.
Recursos sobre el ciberacoso
Ya sea que tenga sus sospechas o que su hijo adolescente acuda a usted por su cuenta, asegúrese de responder con amor y apoyo si se entera de que su hijo adolescente está experimentando ciberacoso. Esté siempre dispuesto a escuchar lo que tiene que decir y asegúrele que está ahí para ayudarle a resolver este problema.
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