No todos los adhesivos funcionan de forma similar para cada trabajo. Muchos novatos cometen el error de usar el producto equivocado para pegar mampostería. No es que arruinen sus proyectos de construcción, pero no consiguen los resultados óptimos que si utilizaran el adhesivo adecuado. Por eso, antes de preguntarte «¿Puedo usar masilla en lugar de lechada para esto?». Debes saber para qué sirve cada compuesto.
Aunque ambos nacieron con el propósito de pegar en las construcciones, los resultados son diferentes. Veamos en esta comparativa de lechada vs calafateo qué nos ofrecen, y cómo sacar el máximo partido a cada uno a la hora de decorar.
¿Puedo usar calafateo en lugar de lechada? Averigüémoslo
Calafateo – La opción flexible
La masilla es un sellador flexible gracias a su composición a base de polímeros. Estos son también los causantes de que sea resistente al agua ya que al secarse adopta las cualidades del plástico. Al ser un material que mantiene cierta flexibilidad incluso después de secarse, se adaptará a cada grieta que se encuentre, lo que lo convierte en el sellador ideal para viviendas propensas a moverse (ya sea por terremotos o por suelos mal compactados).
Se utiliza principalmente como sellador en espacios propensos a la humedad, como suelos, paredes, grifos, ventanas y prácticamente cualquier material de construcción.
En cuanto a la estética, el calafateo es muy atractivo en los acabados, creando curvas con el compuesto en las esquinas.
La masilla se puede encontrar en el mercado en tubos para ser aplicada inmediatamente o en su defecto, como recambio para una pistola de calafateo.
Calafateo – La mezcla tradicional
La lechada es una pasta de albañilería formada por cemento, agua y arena. Como resultado, cuando se seca, se obtiene un sello duro, como el hormigón, que tiene una flexibilidad limitada, lo que lo hace vulnerable a la rotura.
Sin embargo, la lechada es dura y firme, lo que le permite mantener las piezas de mampostería en su lugar. Es como si un molde de hormigón agarrara la cerámica.
Al igual que el cemento, la lechada se presenta en polvo para ser mezclada con agua. Tras su aplicación, necesita un tiempo para secarse y mantenerse firme. El tiempo de secado y la durabilidad del material dependerán del tipo de lechada que utilicemos ya que podemos encontrarla con epoxi, uretano y acrílico.
Casos para utilizar masilla
Como acabado de esquinas, la masilla es excelente. Además, cuando el acrílico se seca, se vuelve impermeable, evitando que el agua se cuele. Debido a esto, se puede utilizar para sellar alrededor de tuberías, desagües o muebles que utilicen agua, como duchas, lavabos, entre otros.
La masilla también es ideal para soportar las inclemencias del tiempo, sellando perfectamente puertas y ventanas. Ante corrientes de aire más fuertes, la masilla permite que los marcos de las ventanas se muevan sin separarse, evitando daños en la estructura.
La masilla no requiere preparación previa, por lo que siempre estará disponible cuando necesitemos pegar algo. No importa si la presentación es en tubos desechables o recambios para una pistola de calafateo, sólo tenemos que aplicarla y esperar a que se seque.
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¿Puedo usar calafateo en lugar de lechada en zonas húmedas? Aunque ambos se pueden utilizar como adhesivo, la masilla es más versátil a la hora de pegar, ya que funciona con muchos materiales. El gran problema es que el calafateo es propenso a la aparición de moho; esto debido a su naturaleza plástica y a su uso como sellador de la humedad, por lo que no es aconsejable utilizarlo en zonas que esperamos sean muy duraderas.
La masilla se recomienda como solución rápida para reparaciones o para fijar adornos (alfombras, marcos de madera, etc.), pero no debemos utilizarla como sustituto de otros adhesivos más resistentes en la aplicación de suelos completos.
Entre otras reparaciones, está la de los agujeros y grietas, ya que el material se amoldará a sus formas. Antes de empezar a pintar las paredes, es recomendable aplicar una capa de masilla para eliminar las imperfecciones.
Además, si vives en una zona donde los insectos no dejan de meterse en la estructura de tu casa, puedes usar un poco de este sellador para evitar que se acerquen.
Casos para usar lechada
La lechada es una opción más tradicional como adhesivo en la construcción. Aunque su uso se limita a rellenar espacios entre las baldosas, éste no sólo cumple una función estética sino que sella la zona que de otra manera acumularía todo tipo de suciedad y humedad, además de dejar esos espacios libres crea zonas vulnerables donde la mampostería puede romperse.
Aunque las baldosas se hayan adherido al suelo o a las paredes con cemento o pasta, éstas no quedarán firmes sin una capa de lechada en los laterales. El material se aplica con una llana, retirando los excesos siempre que no se seque para que se amolde en los huecos.
Al igual que la masilla, podemos conseguir diferentes tipos de lechada, que se pueden ajustar a nuestro presupuesto y necesidades.
La más común es la de base de cemento. En el caso de que las juntas que necesitemos rellenar sean menores de ⅛, debemos utilizar lechada sin arena ya que no necesita la resistencia extra. Cuando las aberturas son más grandes, hay que combinar arena en la mezcla.
En la actualidad, la lechada a base de cemento se ha ido sustituyendo por una lechada a base de epoxi. Este tipo de «lechada de silicona» es mucho más duradera y resistente que la de cemento, además no se mancha tan fácilmente, ni desarrolla moho a lo largo de su vida útil.
También es ligeramente más flexible que la lechada de cemento, lo que le permite soportar ligeros movimientos estructurales.
En cualquier caso, es importante leer las instrucciones del rejuntado para saber si estamos utilizando el adecuado ya que los aditivos que contienen pueden cambiar su eficacia dependiendo del material donde lo vayamos a aplicar.
Datos adicionales
Cuanto más sepamos sobre los productos que vamos a comprar, mejor será nuestro criterio para determinar si necesitamos lechada o calafateo.
- Cuando se trata de personalización, la lechada supera con creces a la masilla porque se puede colorear, creando patrones únicos entre las baldosas.
- La dificultad de aplicación y las herramientas necesarias entre la lechada y la masilla son también muy diferentes. Mientras que la masilla puede aplicarse inmediatamente y sin conocimientos técnicos, ya que está preparada, la lechada requiere una mezcla previa y una paleta para extenderla entre las baldosas.
- Lo mismo ocurre cuando se retiran los materiales a sustituir. La masilla es fácilmente reemplazable; ésta no se adhiere agresivamente, por lo que no romperá la superficie donde estaba. La lechada requiere más cuidado para ser retirada, o de lo contrario podríamos dañar nuestros azulejos.
- La masilla se seca casi inmediatamente después de ser aplicada. La lechada, en cambio, necesita hasta 24 horas para secarse, y luego se recomienda aplicar otra capa de sellado sobre la superficie.
¿Puedo usar masilla en lugar de lechada? – La respuesta
Todo depende de la situación, pero en general, no es aconsejable utilizar calafateo para hacer el trabajo de la lechada o viceversa.
Elegir el sellador adecuado es especialmente importante para las zonas de alta humedad. Un cuarto de baño requiere un cierto nivel de protección contra el agua.
Recuerda las ventajas que tiene cada material, y en base a ellas, te será más fácil saber cuál debes utilizar en cada ocasión.
La masilla puede adherirse a superficies planas, es flexible, se seca rápidamente y puede utilizarse para pegar dos materiales diferentes (como la madera con el plástico). Como crea una especie de masa, podemos unir piezas en diferentes ángulos sin temor a que se separen.
La masilla es similar a la silicona, siendo el sellador ideal para grifos, piezas sanitarias y proyectos a pequeña escala. Lo mejor es que no necesitamos a un profesional para realizar este trabajo.
La lechada debe usarse para proyectos más grandes, como la instalación de pisos o paredes. No funciona en ángulos ya que no es un adhesivo, sino un molde que se fija a las grietas entre el friso y las baldosas.
No se puede utilizar en superficies lisas o no se adherirá. Por eso se suele aplicar entre las juntas de los azulejos.
El rejunte, en su versión lijada, puede rellenar perfectamente las grietas más grandes con firmeza. Cuando se seca, esto creará una capa protectora rígida para que la mampostería no se dañe.
En resumen, utilice la masilla para pequeños proyectos (muebles, artesanías, reparación de pequeñas grietas, etc.), mientras que la lechada debe ser la elección constante de las grandes construcciones (habitaciones completas, suelos, paredes).
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