Cuando los antojos del mediodía atacan, comienza la batalla entre una bolsa de pretzels y un chicle. Y si quieres perder peso, probablemente optes por el chicle, relegando las galletas saladas al rincón de la vergüenza de los snacks.
Pero, ¿mantener la boca ocupada con algo que tiene pocas o ninguna caloría te ayudará realmente a perder kilos?
Depende. En primer lugar, masticar chicle puede ser muy útil cuando se utiliza como una herramienta de comportamiento, dice Susan Bowerman, R.D., directora de nutrición mundial, educación y formación en Herbalife.
Por ejemplo, si usted es un comedor de estrés, el hecho de tomar chicle en lugar de pretzels cuando está en la fecha límite puede calmar sus nervios sin las calorías adicionales. Bowerman dice que el simple acto de masticar es calmante para algunas personas. (¡Aprieta el botón de reinicio y quema grasa como un loco con la Dieta del Reloj Corporal!)
De manera similar, si tienes antojo de algo dulce después de terminar una comida, hacer estallar un chicle en lugar de servirte el postre con una cuchara puede reducir tu conteo de calorías. Además, dice, el chicle después de la comida empezará a actuar como una «señal» con el tiempo de que no necesitas comer más.
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Pero aunque la idea de cambiar un bocadillo o postre por un trozo de chicle sin azúcar suena bastante fácil, el chicle endulzado artificialmente podría en realidad conducir a consumir más calorías más tarde en el día, dice Lisa DeFazio, R.D. Los edulcorantes artificiales en la goma de mascar, como el aspartamo, tienen un sabor dulce para sus papilas gustativas, por lo que su cuerpo comienza a prepararse para una ingesta de carbohidratos y calorías. Pero como el chicle no tiene calorías, nada acaba entrando en tu estómago y te quedas con ganas de azúcar, dice. Por otro lado, masticar un chicle con azúcar real y más calorías eleva un poco el nivel de azúcar en sangre y puede provocar menos antojos más tarde, dice DeFazio. Pero masticar un bloque de Bubblicious Bubble Gum con aproximadamente seis gramos de azúcar por porción no es una gran idea para tu cintura (o tus dientes), así que mastica bajo tu propio riesgo.
Otra contra: Masticar un chicle endulzado artificialmente puede alterar tu tracto gastrointestinal, provocando hinchazón, gases y diarrea. Si bien estos síntomas no afectan directamente a la pérdida de peso, definitivamente pueden dificultar el logro de su peso objetivo al hacer que se sienta incómodo y enfermo.
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Así que antes de elegir un chicle la próxima vez que te enfrentes al dilema de picar algo a mediodía, pregúntate si realmente tienes hambre, sólo estás aburrido o estresado.
Si tienes hambre, entonces no deberías recurrir al chicle. En su lugar, DeFazio recomienda optar por un tentempié equilibrado, como una manzana y mantequilla de cacahuete o zanahorias y hummus. Ambas combinaciones incluyen abundantes proteínas y fibra para mantenerte lleno y son crujientes para satisfacer esa necesidad de masticar.
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Si estás aburrido o estresado, bueno, parece que la elección es tuya. Bowerman dice que masticar chicle puede ayudar a calmar tus nervios y evitar que comas calorías de más por el estrés. Pero si encuentras que el chicle sin azúcar te deja con ganas de más azúcar o te revuelve el estómago, prueba a beber seltzer con un chorrito de zumo para satisfacer tus ganas de dulce, dice Defazio. Cuando tengas la tentación de comer por estrés, tómate un descanso dando un paseo o cerrando los ojos por un momento y escuchando música.
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