Megiddo es la joya de la corona de la arqueología bíblica. Estratégicamente situada sobre la ruta terrestre más importante del antiguo Oriente Próximo, la ciudad dominó el tráfico internacional durante más de 6.000 años, desde aproximadamente el 7.000 a.C. hasta los tiempos bíblicos. A medida que las civilizaciones iban y venían, los sucesivos asentamientos en la antigua Megido se construyeron sobre las ruinas de sus predecesores, creando un legado arqueológico de múltiples capas que abunda en tesoros sin parangón que incluyen templos monumentales, fastuosos palacios, poderosas fortificaciones y sistemas de agua de notable ingeniería.
Megiddo fue el escenario de batallas épicas que decidieron el destino de Asia occidental. Fue aquí donde los egipcios dieron sus primeros pasos hacia la construcción de un imperio cuando el faraón Tutmosis III, en el siglo XV a.C, conquistó Canaán; fue desde aquí donde Asiria organizó su deportación del pueblo del Reino del Norte de Israel; y fue aquí donde Josías -el último rey justo del linaje de David- fue asesinado por el faraón Necao II, abriendo el camino a siglos de anhelos mesiánicos.
Megiddo es el único lugar de Israel mencionado por todas las grandes potencias del antiguo Oriente Próximo. En el Nuevo Testamento aparece como Armagedón (una corrupción griega del hebreo Har Megiddo), lugar de la batalla milenaria entre las fuerzas del bien y del mal. Megiddo es un lugar histórico arquetípico cuyo reparto de personajes incluye a cananeos, egipcios, israelitas, asirios y persas en el periodo bíblico y turcos otomanos e ingleses en la era moderna. No es de extrañar que sirviera de inspiración para el bestseller de James Michener, La fuente.
La importancia de Megiddo se debe, sin duda, a su papel como estación de paso y punto de control del comercio internacional. Su ubicación estratégica en la Vía Maris (la principal ruta militar y comercial internacional de la antigüedad que unía Egipto en el sur con Siria, Anatolia y Mesopotamia en el norte y el este), le otorgaba el control de un cuello de botella en el que la carretera sale del estrecho paso de Aruna hacia el fértil valle de Jezreel.
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