Pregunta de Jackson Patchett
Cuando tomamos aire, lo introducimos en nuestros pulmones, que contienen principalmente nitrógeno y oxígeno. Cuando exhalamos, exhalamos principalmente dióxido de carbono. ¿Por qué hacemos esto?
Nuestro cuerpo necesita oxígeno para funcionar. Después de respirar, los pulmones transfieren el oxígeno a nuestra sangre para que sea transportado por todo nuestro cuerpo y ayude a nuestras células a funcionar. Piénsalo: cuando corres, respiras más fuerte para obtener más oxígeno. El oxígeno ayuda a nuestras células a trabajar más duro al descomponer los nutrientes que obtenemos de los alimentos, como los azúcares. Con los azúcares y el oxígeno, nuestras células pueden crear la energía que necesitan para funcionar.
Este proceso también produce dióxido de carbono. El dióxido de carbono producido es un producto de desecho y necesita ser eliminado. Al igual que el oxígeno, el dióxido de carbono se transfiere a la sangre para ser llevado a los pulmones, donde se elimina y lo exhalamos. Esto es importante porque si no pudiéramos eliminar el dióxido de carbono de la sangre, éste ocuparía toda la capacidad de transporte de nuestra sangre y no podríamos llevar oxígeno al resto del cuerpo. Esta es otra razón por la que respiras más fuerte cuando haces ejercicio: produces dióxido de carbono más rápido y necesitas sacarlo de tu cuerpo para hacer espacio para más oxígeno.
Dato divertido: ¡Las plantas utilizan el dióxido de carbono que exhalamos y crean el oxígeno que inhalamos!
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