Discusión

Las disrupciones del tendón del tríceps son infrecuentes y representan menos del 1% de las lesiones tendinosas.1 Mair et al14 informaron de 21 lesiones del tríceps en linieros ofensivos de la Liga Nacional de Fútbol Americano durante un período de 6 años, 5 de los cuales tenían una inyección de esteroides por presunta bursitis del olécranon antes de la lesión. Entre las afecciones médicas que pueden aumentar la propensión a la rotura del tendón se encuentran el hiperparatiroidismo,17 la insuficiencia renal crónica y la hemodiálisis, la enfermedad ósea metabólica, la bursitis del olécranon,3,4 y el uso de esteroides sistémicos y esteroides anabólicos.12,26 El tratamiento con esteroides anabólicos en los tendones flexores de los ratones reduce el área de la sección transversal y el número de fibrillas de colágeno y disminuye la organización de las fibrillas de colágeno.15 Además, la inyección local de esteroides se asocia con la rotura espontánea del tendón.21

El mecanismo de lesión más común para el tendón del tríceps es una caída sobre un brazo extendido con contracción excéntrica del tríceps.3,23,24 Se han descrito otros mecanismos y generalmente implican una resistencia forzada a la activación del tríceps.5,6,9,14,18-21,25

Anatómicamente, el tríceps está compuesto por las cabezas larga, lateral y medial. La cabeza larga se origina en la tuberosidad infraglenoidea de la escápula, y la cabeza lateral, en la porción posterolateral del húmero y en el tabique intramuscular lateral. La cabeza medial se extiende desde la parte distal del surco espiral hasta 2,5 cm de la tróclea en la cara posterior del húmero.3 Las tres cabezas se insertan en el olécranon (Figura 5). Madsen et al13 describieron una inserción distinta de la cabeza medial en el olécranon, situada en profundidad con respecto al tendón central; en cambio, Keener et al10 describieron una cabeza medial bien desarrollada, confluente con el tendón central en su inserción en el olécranon. En la mayoría de los casos, el tríceps se interrumpe en la inserción ósea; sin embargo, pueden lesionarse otras localizaciones anatómicas.2,7,11,16,27

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Anatomía del tríceps braquial.

El diagnóstico de una alteración del mecanismo extensor del codo es principalmente clínico. El dolor y la inflamación están presentes a lo largo de la parte posterior del codo con debilidad en la extensión del codo. Las interrupciones parciales del tríceps pueden ser más difíciles de diagnosticar porque un defecto parcial puede no ser palpable y la debilidad cerca de la extensión no se aprecia. Un hallazgo diferenciador de las roturas parciales del tendón del tríceps (en concreto, del tendón de la cabeza medial del tríceps) es la debilidad con la extensión resistida del codo en posición flexionada (> 90°).13

El tratamiento de elección para las personas activas con lesiones completas del tendón del tríceps es la reparación quirúrgica; sin embargo, cada caso debe individualizarse con un tratamiento basado en la fuerza funcional de la extremidad y el estado médico general del paciente y sus objetivos.23,27 Se favorece la reparación quirúrgica aguda dentro de las 3 semanas siguientes a la lesión.22 En el caso de las disrupciones parciales, no hay consenso, ya que los resultados han variado. Farrar y Lippert,6 Bos et al,4 y Harris et al8 informaron de un resultado satisfactorio con el tratamiento conservador de una rotura parcial. Mair et al14 recomendaron un tratamiento no quirúrgico para las roturas parciales con una disrupción de hasta el 75%: En su estudio, sólo 6 de 9 futbolistas profesionales pudieron volver a jugar sin pérdida de fuerza, dolor o limitación del movimiento; 3 necesitaron posteriormente una reparación quirúrgica. Strauch22 recomendó la reparación de los desgarros parciales si el paciente tiene debilidad en la extensión y > 50% de afectación en la evaluación por RM. Para el tratamiento quirúrgico, Yeh et al28 recomendaron la reconstrucción anatómica de la inserción del tríceps mediante un equivalente transóseo. Esta configuración mostró una restauración anatómica de la huella y una disminución estadísticamente significativa de la separación del sitio de reparación durante las pruebas biomecánicas.

En conclusión, este caso refuerza la necesidad de un examen físico exhaustivo y de pruebas diagnósticas con las lesiones del codo. El tratamiento de la disrupción parcial del tendón del tríceps es controvertido. El tratamiento no quirúrgico puede no devolver a los atletas a sus niveles de juego deseados. Debido a la rareza de esta lesión, no hay datos concluyentes para guiar al cirujano en el proceso de toma de decisiones.

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