Discusión

La rotura de la vena dorsal superficial del pene puede ser causada por un traumatismo contundente en un pene erecto, especialmente al iniciar o durante el coito. El traumatismo romo provoca desgarros y laceraciones venosas, que sangran y forman un hematoma. Aunque no existen grandes cohortes que proporcionen datos sobre la rotura de la vena dorsal del pene y los factores de riesgo asociados, Bar-Yosef y sus colegas han descrito su experiencia con 9 pacientes.3 Sugirieron que la circuncisión podría ser uno de los factores de riesgo de rotura de la vena dorsal debido al estiramiento de la piel del pene durante el coito. Del mismo modo, Baran y sus colegas concluyeron que la circuncisión podría haber sido el mecanismo de la lesión en su paciente con rotura de la vena dorsal superficial del pene tras la exploración quirúrgica.4

Los pacientes con rotura de la vena dorsal superficial del pene pueden mostrar síntomas que imitan una fractura del pene. Sin embargo, la fractura de pene tiene una presentación clínica bastante distinta. La mayoría de los pacientes con fractura de pene informan de que oyen un «chasquido», seguido de dolor, detumescencia del pene e hinchazón, hematoma y deformidad del pene de aparición tardía.3,4 Cuando hay una lesión uretral asociada, a veces observamos una hemorragia uretral concurrente, dificultad para orinar y hematuria.5 Sin embargo, es posible que los pacientes con rotura de la vena dorsal superficial del pene no describan el clásico «snap-pop» o la rápida detumescencia.4 Los pacientes con rotura de la vena dorsal superficial del pene pueden experimentar una hemorragia de la vena rota y pueden presentar un pene dorsalmente hinchado y ligeramente doloroso, que suele producirse en las 24 horas siguientes a la relación sexual. El hematoma dorsal se produce espontáneamente y no se acompaña de una detumescencia inmediata. El pene hinchado dorsalmente mostrará una zona equimótica en la base. No obstante, el glande suele tener un aspecto normal.4 En el presente caso, el paciente no informó de un sonido «chasquido» ni de una rápida detumescencia. En la exploración física, encontramos un hematoma en la base con aspecto normal del glande.

La ecografía tiene un papel limitado y una baja sensibilidad en el diagnóstico de la rotura de la vena dorsal superficial del pene. La vasculatura del pene, incluida la vena dorsal superficial, se evalúa bien con la ecografía Doppler. Puede ayudar a diagnosticar la discontinuidad o el desgarro de la vena dorsal y excluir la rotura de los cuerpos cavernosos. Está bien aceptado que la ecografía Doppler es el mejor y más rápido método radiológico para diagnosticar la rotura de la vena dorsal superficial. También permite realizar un seguimiento de los pacientes para visualizar la resolución de la equimosis y el flujo sanguíneo normal del pene después del tratamiento. La resonancia magnética (RM) también se ha utilizado para visualizar la vena dorsal superficial. Puede detectar la rotura de la vena dorsal superficial. Sin embargo, la RM y la cavernosografía se recomiendan sobre todo para representar la discontinuidad de la túnica albugínea y diagnosticar la fractura del pene.6-8 El diagnóstico preciso sólo puede confirmarse tras la exploración quirúrgica.5,9 Los pocos casos notificados de rotura de la vena dorsal superficial del pene a veces imitan una fractura del pene; por ello, esta rotura se denomina a veces «falsa fractura». En tales circunstancias, el diagnóstico de confirmación puede lograrse mediante la exploración quirúrgica para excluir la fractura del pene. El papel preciso de las investigaciones diagnósticas no se ha establecido.4 Si durante la exploración quirúrgica de los pacientes con lesiones agudas del pene no hay signos de desgarro cavernoso, esto podría sugerir que existe un traumatismo vascular no identificado, y el diagnóstico preciso debería ser la rotura de los vasos dorsales superficiales o profundos o de sus ramas. En consecuencia, estas afecciones pueden rebautizarse como lesiones vasculares del pene, que pueden subdividirse a su vez en superficiales o profundas, según la localización del hematoma (es decir, por debajo o por encima de la fascia de Buck). La rotura de la vena dorsal superficial del pene afecta a las venas dorsales sobre la fascia de Buck.4,9,10

El tratamiento de la rotura de la vena dorsal superficial del pene puede ser conservador o quirúrgico.4,10 El tratamiento conservador conlleva el uso de fármacos antiinflamatorios, así como un vendaje compresivo. El tratamiento conservador da lugar a una recuperación completa sin secuelas. Aunque el tratamiento conservador es a veces adecuado para manejar la rotura de la vena dorsal, puede ser necesaria la exploración y/o intervención quirúrgica para el diagnóstico diferencial. La exploración y la intervención quirúrgica también permiten ligar el vaso roto y pueden revelar lesiones concomitantes o evitar la formación de nuevos hematomas.4,9 La exploración quirúrgica también proporciona buenos resultados funcionales y cosméticos en el postoperatorio, y está indicada cuando hay dudas razonables sobre el diagnóstico preciso.10 En el presente caso se discutieron ambos métodos de tratamiento con la paciente. La intervención quirúrgica se llevó a cabo a petición del paciente.

El pronóstico tras la cirugía es excelente, aunque algunos investigadores sostienen que el éxito a largo plazo depende de una cuidadosa selección de los pacientes.11 En general, Sharma12 describió un caso en el que un alto índice de sospecha clínica dio lugar al diagnóstico de rotura de la vena dorsal del pene superficial sin exploración quirúrgica. En este caso, el paciente se recuperó con éxito con un tratamiento conservador. Gil y colaboradores13 presentaron un paciente varón con un hematoma indoloro de 24 horas de evolución tras una relación sexual. Basándose en su evolución y en las características físicas, los autores adoptaron un enfoque conservador, que dio lugar a una recuperación completa sin secuelas.

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