La ornitología, rama de la zoología que se ocupa del estudio de las aves. La mayoría de los primeros escritos sobre las aves son más anecdóticos que científicos, pero representan una amplia base de conocimientos, incluyendo mucho folclore, en la que se basaron los trabajos posteriores. En la Edad Media europea, muchos tratados trataban los aspectos prácticos de la ornitología, en particular la cetrería y la gestión de las aves de caza. Desde mediados del siglo XVIII hasta finales del XIX, el mayor impulso fue la descripción y clasificación de nuevas especies, ya que las expediciones científicas realizaban colecciones en zonas tropicales ricas en especies de aves. A principios del siglo XX, la gran mayoría de las aves eran conocidas por la ciencia, aunque la biología de muchas especies era prácticamente desconocida. En la segunda mitad del siglo XIX se estudió mucho la anatomía interna de las aves, principalmente por su aplicación a la taxonomía. El estudio anatómico se vio eclipsado en la primera mitad del siglo XX por los campos en auge de la ecología y la etología (el estudio del comportamiento), pero experimentó un resurgimiento a partir de la década de 1960 con un mayor énfasis en las adaptaciones funcionales de las aves.
Duncan Wright
La ornitología es uno de los pocos campos científicos en los que los no profesionales hacen contribuciones sustanciales. Gran parte de la investigación se lleva a cabo en universidades y museos, que albergan y mantienen las colecciones de pieles de aves, esqueletos y especímenes conservados de los que dependen la mayoría de los taxónomos y anatomistas. Por otro lado, la investigación de campo la realizan tanto profesionales como aficionados, estos últimos aportando valiosa información sobre el comportamiento, la ecología, la distribución y la migración.
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Aunque gran parte de la información sobre las aves se obtiene a través de la simple observación directa sobre el terreno (normalmente ayudada sólo por prismáticos), algunas áreas de la ornitología se han beneficiado enormemente de la introducción de instrumentos y técnicas como el anillamiento de aves, el radar, los radiotransmisores (telémetros) y los equipos de audio portátiles de alta calidad.
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El anillamiento de aves, realizado por primera vez a principios del siglo XIX, es ahora un medio importante para obtener información sobre la longevidad y los movimientos. Varios países llevan a cabo sistemas de anillamiento y cada año se marcan cientos de miles de aves con anillos numerados en las patas. El estudio de los movimientos de las aves también se ha visto muy favorecido por el uso de radares sensibles. Los movimientos individuales de las aves también se registran día a día mediante el uso de minúsculos radiotransmisores (telémetros) que llevan o se implantan en el interior del ave. Las marcas visuales, como los tintes en el plumaje y las etiquetas de plástico en las patas o las alas, permiten reconocer visualmente a un ave individual sin la difícil tarea de atraparla y permiten al investigador contar con la ayuda de observadores de aves aficionados para recuperar sus aves marcadas. La investigación sobre la naturaleza y el significado de los cantos de las aves ha florecido con el desarrollo de equipos de audio portátiles de alta calidad.
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