Tritón, el mayor satélite de Neptuno, orbita en dirección opuesta a la mayoría de las lunas, lo que sugiere que Neptuno lo capturó en un pasado lejano. Dentro de millones de años, Tritón se acercará tanto a Neptuno que las fuerzas de marea lo desgarrarán, formando nuevos y brillantes anillos alrededor del planeta gigante.
La mayor parte de lo que sabemos sobre Tritón procede de la Voyager 2, que fotografió un paisaje teñido de sutiles tonos de rosa, marrón y azul. Gran parte de él se asemeja a un melón, con crestas de miles de metros de altura. El hielo que fluye o el gas que se vaporiza pueden haber esculpido este terreno arrugado.
El descubrimiento más intrigante del Voyager fueron los géiseres. El material helado sale a chorros a unos ocho kilómetros de altura; por encima de eso, los vientos lo hacen volar en paralelo a la superficie antes de que se asiente. La Voyager encontró grandes vetas oscuras en la superficie de Tritón que pueden haber sido creadas por otros géiseres en los últimos miles de años.
Tritón puede ser aún más interesante en los próximos años porque uno de sus polos se está calentando. El hielo debería vaporizarse, haciendo que la atmósfera sea más espesa. La atmósfera más espesa y las temperaturas más altas en Tritón podrían crear más géiseres y más grandes, y extender sus penachos sobre regiones más grandes de esta frígida luna.
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