¿Cómo se trata la neoplasia intraepitelial cervical (NIC)?
El tratamiento dependerá de varios factores, como la gravedad de la NIC, la edad de la paciente y su estado médico general, y la preferencia de la paciente y su médico. Los procedimientos para tratar el cuello uterino pueden afectar a la capacidad de tener hijos, por lo que las mujeres deben discutir las distintas opciones con sus proveedores de atención médica.
En el caso de la NIC de bajo grado, no suele ser necesario el tratamiento. En la mayoría de estos casos, la afección se resuelve por sí sola. Sólo un 1% de los casos de NIC de bajo grado evolucionan a cáncer de cuello uterino. Un profesional sanitario puede optar por un enfoque conservador que requiere la realización de citologías periódicas para controlar cualquier cambio en las células anormales.
En el caso de la NIC moderada y grave, el tratamiento se centra en la eliminación de las células anormales que podrían convertirse en cancerosas.
Los procedimientos de eliminación (resección) incluyen:
- Procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa (LEEP): esta técnica utiliza un pequeño asa de alambre cargado eléctricamente para eliminar tejido. A diferencia de los procedimientos de ablación, el LEEP puede extraer muestras de tejido para su posterior análisis. Puede utilizarse para tratar la NIC grave. Aproximadamente entre el 1% y el 2% de las pacientes pueden sufrir complicaciones tras el procedimiento, como una hemorragia retardada o un estrechamiento del cuello uterino (estenosis).
- Biopsia en cono con bisturí frío (conización): se trata de un procedimiento quirúrgico en el que se extrae una pieza de tejido en forma de cono que contiene la lesión. Solía ser el método preferido para tratar la neoplasia intraepitelial cervical, pero ahora se reserva para las formas más graves de la enfermedad. La conización puede proporcionar una muestra de tejido para realizar más pruebas. Tiene un riesgo algo mayor de complicaciones, como la estenosis cervical y la hemorragia postoperatoria.
- Histerectomía: la extirpación del útero puede ser una opción en los casos en que la NIC persiste o no mejora después de utilizar otros procedimientos.
La mayoría de las veces, los casos de NIC pueden tratarse con éxito. La ablación y la resección son eficaces en aproximadamente el 90% de los casos, con un 10% de probabilidades de recurrencia de la NIC después del tratamiento. Sólo en raras ocasiones progresa a cáncer, y cuando lo hace, lo hace muy lentamente.
El riesgo de recurrencia es mayor durante los dos primeros años después del tratamiento. Los procedimientos de ablación y resección pueden reducir el riesgo de cáncer de cuello uterino en un 95% en las mujeres con displasia de alto grado en los primeros 8 años después del tratamiento.
Se aconseja a las pacientes que se sometan a pruebas de Papanicolaou de seguimiento cada 3 o 6 meses durante 1 o 2 años después del tratamiento. Después, pueden volver a hacerse pruebas de Papanicolaou anuales.
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