La Teoría Cognitiva Social (TSC) comenzó como la Teoría del Aprendizaje Social (TAS) en la década de 1960 por Albert Bandura. Se convirtió en la TSC en 1986 y postula que el aprendizaje se produce en un contexto social con una interacción dinámica y recíproca de la persona, el entorno y el comportamiento. La característica única de la TCS es el énfasis en la influencia social y su énfasis en el refuerzo social externo e interno. La TCS considera la forma única en que los individuos adquieren y mantienen la conducta, al tiempo que considera el entorno social en el que los individuos realizan la conducta. La teoría tiene en cuenta las experiencias pasadas de una persona, que son un factor para que se produzca la acción conductual. Estas experiencias pasadas influyen en los refuerzos, las expectativas y las esperanzas, todo lo cual da forma a si una persona se involucra en un comportamiento específico y a las razones por las que una persona se involucra en ese comportamiento.
Muchas teorías del comportamiento utilizadas en la promoción de la salud no consideran el mantenimiento del comportamiento, sino que se centran en la iniciación del comportamiento. Esto es desafortunado ya que el mantenimiento de la conducta, y no sólo la iniciación de la misma, es el verdadero objetivo en salud pública. El objetivo de la TCS es explicar cómo las personas regulan su comportamiento a través del control y el refuerzo para lograr una conducta dirigida a un objetivo que pueda mantenerse en el tiempo. Los primeros cinco constructos se desarrollaron como parte de la SLT; el constructo de autoeficacia se añadió cuando la teoría evolucionó a la SCT.
- Determinismo recíproco – Este es el concepto central de la SCT. Se refiere a la interacción dinámica y recíproca de la persona (individuo con un conjunto de experiencias aprendidas), el entorno (contexto social externo) y la conducta (respuestas a los estímulos para lograr los objetivos).
- Capacidad conductual – Se refiere a la capacidad real de una persona para realizar una conducta a través de conocimientos y habilidades esenciales. Para realizar con éxito una conducta, una persona debe saber qué hacer y cómo hacerlo. Las personas aprenden de las consecuencias de su comportamiento, lo que también afecta al entorno en el que viven.
- Aprendizaje por observación – Esto afirma que las personas pueden presenciar y observar un comportamiento llevado a cabo por otros, y luego reproducir esas acciones. Esto se exhibe a menudo a través del «modelado» de comportamientos. Si los individuos ven la demostración exitosa de un comportamiento, también pueden completar el comportamiento con éxito.
- Reforzamientos – Esto se refiere a las respuestas internas o externas al comportamiento de una persona que afectan a la probabilidad de continuar o interrumpir el comportamiento. Los refuerzos pueden ser autoiniciados o en el entorno, y los refuerzos pueden ser positivos o negativos. Este es el constructo de la TCS que más se vincula con la relación recíproca entre la conducta y el entorno.
- Expectativas – Se refiere a las consecuencias anticipadas de la conducta de una persona. Las expectativas de resultados pueden estar relacionadas o no con la salud. Las personas anticipan las consecuencias de sus acciones antes de realizar la conducta, y estas consecuencias anticipadas pueden influir en la realización exitosa de la conducta. Las expectativas se derivan en gran medida de la experiencia previa. Mientras que las expectativas también se derivan de la experiencia previa, las expectativas se centran en el valor que se da al resultado y son subjetivas para el individuo.
- Autoeficacia – Se refiere al nivel de confianza de una persona en su capacidad para realizar con éxito un comportamiento. La autoeficacia es exclusiva de la TPC aunque otras teorías han añadido este constructo en fechas posteriores, como la Teoría de la Conducta Planificada. La autoeficacia está influenciada por las capacidades específicas de una persona y otros factores individuales, así como por factores ambientales (barreras y facilitadores).
Limitación de la Teoría Cognitiva Social
Hay varias limitaciones de la TSC, que deben ser consideradas cuando se utiliza esta teoría en salud pública. Las limitaciones del modelo incluyen las siguientes:
- La teoría asume que los cambios en el entorno conducirán automáticamente a cambios en la persona, cuando esto puede no ser siempre cierto.
- La teoría está organizada de forma imprecisa, basándose únicamente en la interacción dinámica entre la persona, el comportamiento y el entorno. No está claro hasta qué punto cada uno de estos factores influye en el comportamiento real y si uno es más influyente que otro.
- La teoría se centra en gran medida en los procesos de aprendizaje y, al hacerlo, no tiene en cuenta las predisposiciones biológicas y hormonales que pueden influir en los comportamientos, independientemente de la experiencia y las expectativas anteriores.
- La teoría no se centra en la emoción o la motivación, salvo por referencia a la experiencia pasada. Se presta una atención mínima a estos factores.
- La teoría puede ser de amplio alcance, por lo que puede ser difícil de operacionalizar en su totalidad.
La Teoría Cognitiva Social considera muchos niveles del modelo ecológico social al abordar el cambio de comportamiento de los individuos. La TSC se ha utilizado ampliamente en la promoción de la salud, dado el énfasis que pone en el individuo y en el entorno, este último se ha convertido en los últimos años en un importante punto de atención para las actividades de promoción de la salud. Al igual que ocurre con otras teorías, la aplicabilidad de todos los constructos del SCT a un problema de salud pública puede ser difícil, especialmente en el desarrollo de programas de salud pública focalizados.
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