La obra fue muy admirada por captar la inestabilidad de un movimiento instantáneo y combinarla con una composición de equilibrio y armonía. La estatua se diseñó en un solo plano, lo que significa que sólo estaba pensada para ser vista desde los lados. El original ya no existe, pero hay una excelente copia en mármol, realizada en época romana, que se encuentra en el Museo Nazionale Romano de Roma. Plinio también menciona una fundición en bronce de Ladas el Corredor (c. 476 a.C.), un atleta que cayó muerto en el momento de la victoria. Era un ganador olímpico de la carrera a pie y se le representaba de puntillas al inicio de la carrera. No se ha identificado ninguna copia. Otra obra popular fue la de Licinio (c.448 a.C.), un ganador de las Olimpiadas.
La vaca de bronce de Mirón
Según Plinio, otra obra famosa en la antigüedad fue la vaca de Mirón, que era tan real que se confundía con la de verdad. Sin embargo, parece que la vaca se ganó su fama por servir de percha en la que se colgaban epigramas. No se conservan datos ni copias, por lo que no tenemos idea de la pose del animal, pero sí sabemos que estaba en el mercado de Atenas. También menciona un perro que fue fundido en bronce. A diferencia de otros artistas de la época, Mirón no parece haber establecido una escuela de arte, siendo su único alumno conocido su hijo Lykios.
Nota sobre la apreciación de la escultura
Para aprender a juzgar a los escultores clásicos griegos como Mirón, véase: Cómo apreciar la escultura. Para obras posteriores, vea: Cómo apreciar la escultura moderna.
Mirón alcanzó una fama en su época, sólo comparable a la de Policleto. Los críticos antiguos sostenían la opinión de que la habilidad de Mirón no alcanzaba la plena perfección clásica, mientras que, los escritores romanos de la época imperial se refieren constantemente a Mirón como uno de los más grandes escultores griegos, señal de que su reputación contemporánea seguía siendo alta. Véase también: Arquitectura griega.
Nota: Para otro influyente escultor griego del siglo V a.C. ver: Calímaco (432-408 a.C.).
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