La migraña es la tercera enfermedad más prevalente del mundo y causa sufrimiento a decenas de millones de personas. De hecho, en casi 1 de cada 4 hogares estadounidenses hay alguien con migrañas.
La migraña no es sólo un dolor de cabeza, sino que incluye un conjunto de síntomas asociados que pueden ser debilitantes. Entre ellos se encuentran las náuseas, los vómitos, la sensibilidad a la luz y los mareos. A menudo, las personas luchan por determinar qué es lo que desencadena sus migrañas. Pueden ser ambientales, hormonales, genéticas, secundarias a una enfermedad subyacente o desencadenadas por ciertos alimentos, como el queso, el vino tinto o el chocolate. Un alimento que ha recibido mucha atención en los últimos años es el gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, el centeno y la cebada.
Como dietista registrado y neurólogo certificado que se especializa en el manejo de los dolores de cabeza, a menudo hago que mis pacientes prueben una dieta sin gluten.
Enfermedad celíaca vs. Sensibilidad al gluten
Cuando alguien padece la enfermedad celíaca -un trastorno digestivo causado por una alergia al gluten- existe una clara relación entre las migrañas y el gluten. El gluten desencadena que las células inmunitarias liberen anticuerpos para atacar las sustancias que el cuerpo ve como extrañas.
Cuando alguien sin enfermedad celíaca come gluten, éste pasa al tracto gastrointestinal donde se descomponen los alimentos y se absorben los nutrientes. En el caso de la enfermedad celíaca, el sistema inmunitario de esa persona ve el gluten como una sustancia extraña (como un virus o una bacteria que no debería estar ahí) y lo ataca con un anticuerpo específico -llamado autoanticuerpos séricos de la transglutaminasa (TG) 2- para destruir el gluten.
El problema es que los propios tejidos sanos de la persona se destruyen en el proceso. En otras palabras, cuando las personas sensibles al gluten lo consumen, el sistema inmunitario ve esta proteína como un invasor y crea anticuerpos para capturar y destruir la proteína. Si la proteína se encuentra en el tracto gastrointestinal o ha sido absorbida por otros órganos, los anticuerpos van a buscarla y atacan cualquier tejido que albergue la proteína del gluten.
Esto desencadena una reacción inflamatoria que pone al cuerpo en alerta máxima que lesiona varios órganos sanos. Los órganos entonces liberan moléculas que hacen que los vasos sanguíneos se vuelvan permeables y liberen agua, electrolitos y proteínas en los tejidos y causen hinchazón.
Esta es una respuesta inflamatoria que afecta a todo el cuerpo, no sólo al cerebro. Además de los dolores de cabeza, puede causar síntomas más amplios, como problemas gastrointestinales, fatiga y dificultades de aprendizaje, por nombrar algunos.
Paso a paso, cómo el gluten provoca migrañas
Pero el mero hecho de observar la respuesta inflamatoria de una persona intolerante al gluten no proporciona toda la información sobre la relación del gluten con la migraña.
En los últimos años los científicos han logrado comprender mejor cómo y por qué se producen las migrañas. La migraña se considera ahora una condición genética que se encuentra comúnmente dentro de las familias.
Las primeras teorías sugerían que las migrañas se producían debido a la ampliación o dilatación de los vasos sanguíneos. Pero ahora los neurólogos se dan cuenta de que esta no es toda la historia. Ahora sabemos que la cascada que conduce a una migraña implica a los nervios de la vía trigeminovascular (TVP) – el conjunto de nervios que controlan la sensación en la cara, así como morder y masticar.
Cuando la TVP se activa por la presencia de gluten, por ejemplo, provoca la liberación de muchas sustancias químicas, incluyendo la histamina, una sustancia que las células inmunes producen cuando responden a lesiones, eventos alérgicos e inflamatorios. Los nervios de la TVP también producen un desencadenante de las migrañas descubierto recientemente; una proteína llamada péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP).
Cuando se libera el CGRP, provoca la dilatación de los vasos sanguíneos de las meninges, la capa de tejido que protege el cerebro. A medida que los vasos sanguíneos se dilatan, filtran agua y proteínas en las meninges, lo que provoca hinchazón e irritación. La inflamación activa los nervios trigenimales que transmiten mensajes a otras regiones del cerebro, incluido el tálamo, que crea la percepción del dolor que se asocia a la migraña.
En el último año, una nueva clase de medicamentos ha obtenido la aprobación de la FDA para la prevención de la migraña. Estos medicamentos se denominan anticuerpos monoclonales CGRP y han demostrado ser un tratamiento preventivo eficaz. Impiden que la proteína CGRP llegue a su receptor.
Qué hacer con los desencadenantes alimentarios
Tanto en la sensibilidad al gluten, o enfermedad celíaca, como en la migraña, se produce un proceso inflamatorio en el organismo. Mi hipótesis es que la respuesta inflamatoria al gluten facilita la activación de la vía trigeminovascular, desencadenando así una migraña. Nunca se ha realizado un gran estudio sobre cómo exactamente el gluten desencadena las migrañas, y esto es algo que espero explorar en futuros estudios.
Típicamente, un alimento desencadenante hará que la migraña comience en los 15 minutos siguientes a la exposición a esa sustancia.
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