Como sabe cualquier empresario o emprendedor, si quiere escalar con éxito su negocio, hay que establecer metas. Hay que establecer objetivos. Hay que establecer estrategias y tácticas. Cada uno de estos conceptos desempeña un papel importante en la planificación empresarial: establecen el marco mismo para guiar la dirección de su organización.
Y, sin embargo, no es raro que muchos empresarios tengan dificultades para diferenciar estos términos entre sí. Los objetivos pueden confundirse a menudo con las metas, mientras que las tácticas pueden confundirse con las estrategias.
Aunque estos términos comparten similitudes, discernir cada uno por el concepto único que transmite ayuda a pintar una imagen más clara de cómo las empresas lograrán el éxito. A continuación, echamos un vistazo más de cerca a las metas, los objetivos, las estrategias y las tácticas.
Una meta es un resultado amplio, que puede tardar años en alcanzarse. Suele ser una declaración breve, general y clara que ilustra lo que su empresa quiere hacer o dónde pretende estar. Es elevado y ambicioso, y se centra menos en cómo va a hacer algo su empresa y más en cuál será el resultado deseado. Un ejemplo podría ser que su organización quiere «convertirse en un líder del mercado en su campo» o «aumentar la rentabilidad»
Un objetivo es un paso medible que se da para alcanzar esa meta. Es específico, procesable y define el progreso realizado hacia la consecución de su meta. Si la meta de su empresa era «aumentar la rentabilidad», un objetivo puede ser «aumentar los ingresos mediante la introducción de un nuevo producto en el segundo trimestre» o «reducir un porcentaje de los gastos generales para el final del año fiscal»
Una estrategia es el enfoque adoptado para lograr una meta. Se centra en el cómo y no tanto en el qué. Las estrategias pueden definir el enfoque de su organización para competir con otras empresas de su sector. Pueden guiar el lanzamiento de campañas de marketing para influir en los clientes y en el público sobre las capacidades de su producto o servicio. Un ejemplo podría ser «informar a los clientes del lanzamiento de nuestro nuevo producto a través de la publicidad en línea y en las redes sociales»
Una táctica es una acción o herramienta que una organización utiliza para lograr un objetivo asociado a una estrategia. Una táctica es un qué y no un cómo. Mientras que una estrategia se ocupa de la dirección a largo plazo de un negocio, una táctica aprovecha las oportunidades a medida que se producen y se ocupa más de los asuntos del día a día. Es importante que las tácticas se alineen con las estrategias y trabajen en conjunto: las tácticas sirven como acción para el enfoque más amplio de una estrategia. Un ejemplo de táctica puede ser que, después de que una panadería suba los precios de sus pasteles, una panadería de la competencia que busca aumentar los ingresos a largo plazo reduzca los precios de sus pasteles en un 20 por ciento para aprovechar la reacción de los clientes.
Es importante recordar que cada uno de estos conceptos se apoya en el otro, ya que todos trabajan en conjunto para promover el avance de su negocio. Las organizaciones que entienden y pueden diferenciar estos conceptos son las que se posicionan para el éxito y para manejar mejor lo que el mercado les depara.
Etiquetas: metas, objetivos, Estrategias, Tácticas Archivado en: Planificación, Estrategia
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