Herpes zóster

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Si alguna vez tuviste varicela seguramente recuerdes esa sensación de picazón. La buena noticia es que nunca más sufrirás de varicela. La mala noticia es que si tuviste varicela, es posible que algún día tengas un sarpullido denominado «herpes zóster” (culebrilla).

Por suerte, el herpes zóster no es muy común en los niños y adolescentes con sistemas inmunológicos sanos. Pero si has oído hablar de esta enfermedad, o conoces a alguien que la ha sufrido, seguramente te preguntes qué es.

¿Qué es el herpes zóster?

El herpes zóster es un sarpullido cutáneo causado por una infección viral de los nervios que se encuentran inmediatamente debajo de la piel. El virus que causa el herpes zóster es el mismo que produce la varicela. La mayoría de los adolescentes contraen un herpes zóster leve, pero este sarpullido es doloroso cuando el virus ataca a una persona mayor.

El herpes zóster por lo general aparece como una franja de piel irritada con ampollas en un costado del tórax o en la espalda. Puede localizarse en cualquier parte del cuerpo, hasta en el rostro y cerca de los ojos.

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Dado que el virus que causa el herpes zóster es el mismo que causa la varicela, es muy contagioso. Es muy fácil pasar el virus a otra persona que no sea inmune a la varicela (como la gente que todavía no ha tenido la varicela o nunca se dio la vacuna contra la varicela). La diferencia es que, de infectarse con el virus, no contraerán el herpes zóster. En cambio, se contagiarán con varicela.

El herpes zóster por lo general desaparece en un mes. Si bien un ataque de herpes zóster desaparece solo, existen tratamientos que reducen el riesgo de complicaciones y ayudan a que las personas se curen más rápido.

¿Qué causa el herpes zóster?

Tanto el herpes zóster como la varicela son causados por el virus varicela-zóster. Este virus está relacionado con el virus del herpes que causa el herpes labial y el herpes genital. Por esta razón, la afección se denomina herpes zóster.

Una vez que una persona contrae la varicela, el virus permanece en el sistema nervioso de esa persona el resto de su vida y se mantiene latente, o inactivo, durante años. En mucha gente, nunca más vuelve a aparecer. En otra gente, el virus vuelve a aparecer y causa herpes zóster. Ciertas personas sufren brotes de herpes zóster más de una vez; aunque ésto no es muy común.

Los médicos no saben con certeza por qué se generan brotes de herpes zóster después de meses y años de inactividad. Es posible que se deba a que el sistema inmunológico se hace más vulnerable a medida que las personas envejecen. Ésta puede ser la razón por la cual el herpes zóster es más común en los adultos y en la gente cuyo sistema inmunológico está debilitado a causa de una enfermedad como el SIDA o el cáncer. Las personas que reciben tratamiento para el cáncer o toman medicamentos que puedan debilitar el sistema inmunológico también tienen más probabilidades de contraer herpes zóster.

¿Cuáles son los síntomas del herpes zóster?

En muchos casos, lo primero que se nota es un cosquilleo, dolor, o picazón en el área donde aparecerá el sarpullido. Es posible que esto suceda unos días antes de la aparición del sarpullido, lo cual significa que la persona con herpes zóster siente picazón, cosquilleo, o dolor y no tiene idea por qué.

Al aparecer, el sarpullido tiene la apariencia de un grupo de granos o franjas de granos en un costado del cuerpo o del rostro. Los granos se convierten en ampollas con pus que se abren y forman costras en unos 7 a 10 días. Cuando las ampollas tienen costras significa que comienzan a cicatrizarse. Las costras se cicatrizan y caen en unas 2 a 4 semanas después de que aparece el sarpullido.

Algunas personas con herpes zóster presentan fiebre, dolor de cabeza, cansancio y dolor general del cuerpo. En casos muy inusuales, es posible que la persona que sufre de herpes zóster sienta dolor sin tener sarpullido. Algunas personas (por lo general personas mayores) sufren síntomas graves.

Complicaciones

La mayoría de los casos de herpes zóster se curan solos y no desencadenan otros problemas. En ciertos casos muy poco comunes, el herpes zóster puede generar complicaciones como las siguientes:

  • Dolor continuo. Las fibras nerviosas dañadas en la piel puede enviar mensajes equivocados al cerebro, generando un dolor que puede permanecer por períodos prolongados, aun después de que el herpes zóster haya desaparecido. Los médicos denominan esta situación «neuralgia posherpética”.
  • Problemas en la vista. Si la persona tiene el herpes zóster cerca del ojo, o directamente en el ojo, se puede producir una pérdida de la vista.
  • Más infecciones de la piel. El sarpullido del herpes zóster puede infectarse con bacterias y desencadenar otras infecciones como el impétigo o la celulitis.
  • Problemas en el sistema nervioso. Es posible que el herpes zóster del rostro involucre nervios que se conectan con el cerebro. Esto puede provocar una parálisis facial, problemas de audición o equilibrio en algunas personas. En casos excepcionales, el herpes zóster puede generar encefalitis (inflamación del cerebro).

¿Qué debes hacer?

Si piensas que tienes herpes zóster, llama a un médico. Si crees que tienes herpes zóster facial, ponte en contacto con un médico inmediatamente para evitar que la infección se extienda a los ojos. Las personas que tienen un sistema inmunológico debilitado deben recibir atención médica de inmediato para evitar complicaciones.

Por lo general, el médico puede diagnosticar el herpes zóster examinando el sarpullido y las ampollas del paciente. En casos excepcionales, es posible que los médicos tomen una muestra del tejido infectado para que la analicen en un laboratorio.

¿Cuál es el tratamiento?

Es posible administrar medicamentos antivirales para que el episodio de herpes zóster se mejore con más rapidez y se reduzcan las posibilidades de tener complicaciones. Sin embargo, no todos los pacientes tienen que tomar medicamentos antivirales. Tu médico te los recetará si lo cree necesario. Si necesitas tomarlos, cuanto antes los tomes más efectivos resultarán.

Los medicamentos antivirales no pueden eliminar el virus del cuerpo, lo cual significa que no pueden impedir que tengas más brotes en el futuro.

Para aliviar el dolor asociado con el herpes zóster, los médicos o los enfermeros suelen recetar una crema, un aerosol, o un parche para adormecer la piel. También existen medicamentos con receta y de venta libre para aliviar el dolor. No tomes aspirina. La aspirina expone a los adolescentes a un mayor riesgo de contraer una enfermedad infrecuente pero grave, llamada «síndrome de Reye”.

Si sufres de un herpes zóster que te da comezón, es posible que tu médico te recomiende cremas o medicamentos denominados «antihistamínicos”.

Mantén la zona del sarpullido limpia lavándola con agua y un jabón suave. Coloca compresas frías y húmedas en las ampollas varias veces por día para aliviar el dolor y la picazón. Los baños de inmersión con avena suelen dar alivio.

¿Es posible prevenir el herpes zóster?

No hay manera de prevenir completamente el herpes zóster. La vacuna contra la varicela puede hacer que el herpes zóster sea menos serio. Por lo tanto, si no has tenido varicela, pídele la médico que te dé la vacuna.

Existe una vacuna contra el herpes zóster, pero los médicos sólo la administran a adultos mayores. Esto se debe a que cuanto mayor se es, más grave es el herpes zóster. Es muy poco probable que el herpes zóster en un adolescente sea grave.

Si contraes herpes zóster, puedes evitar que el virus se extienda manteniendo la zona afectada con el sarpullido cubierta en todo momento y siguiendo un tratamiento, de ser necesario.

Las personas que sufren de herpes zóster deben mantenerse alejados de los bebés recién nacidos, las mujeres embarazadas y toda persona cuyo sistema inmunológico se encuentre debilitado, o cualquier persona que no sea inmune a la varicela, hasta que el sarpullido haya desaparecido. Por lo tanto, los adolescentes afectados de herpes zóster deben permanecer en su hogar por un tiempo. Todo depende de la persona y de la situación. Tu médico te aconsejará.

El herpes zóster puede resultar atemorizante, pero esto se debe a la manera en la que afecta a los adultos. La buena noticia es que la infección por lo general no afecta a los adolescentes. Y aun en el caso que afecte al adolescente, por lo general no es serio.

Revisado por: Elana Pearl Ben Joseph, MD
Fecha de revisión: marzo de 2012

Categorías: Articles

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