Dar una gran primera impresión es imprescindible para convertirse en un líder influyente. Los antiguos griegos dedicaron mucho tiempo a pensar y escribir sobre el efecto de una personalidad sobre otra. Desglosaron el proceso de comunicación en tres partes, que llamaron ethos, pathos y logos.

El ethos de la comunicación se define como la parte ética. Esta gira en torno a la persona que realmente eres y, lo que es más importante, a la persona que se percibe que eres. Si te dedicas a las ventas o a los negocios, la forma en que te percibe alguien, que determinará en gran medida la influencia que tengas sobre él o ella, se verá muy afectada por tu nivel de credibilidad, tu ethos. En el ámbito de la credibilidad personal, la regla es que todo cuenta. Todo lo que haces o dejas de hacer aumenta o disminuye tu credibilidad y tu capacidad de influir en alguien. Ralph Waldo Emerson dijo, en esencia, que lo que eres me grita tan fuerte que no puedo escuchar una palabra de lo que dices. El ethos es muy importante.

Una primera impresión lo dice todo

Quizás el ejemplo más sencillo de la aplicación de esta regla, de que todo cuenta, tiene que ver con tu imagen o apariencia. Habrás oído decir que nunca tienes una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión. El hecho es que cuando se conoce a una persona por primera vez, ésta se hace un juicio sobre ti en aproximadamente cuatro segundos, y su juicio se finaliza en gran medida en los 30 segundos siguientes al contacto inicial. En una encuesta realizada a los miembros de la American Personnel Consultants¾ aquellos hombres y mujeres que se encargan de la contratación de personas para las grandes empresas¾ los miembros coincidieron en general en que tomaban su decisión de contratar o no a una persona en los 30 segundos siguientes al primer encuentro.

Todo cuenta: Haz una declaración personal

Todo lo que contribuye a tu aspecto exterior es importante. Si no te ayuda, te perjudica. Si bien no puedes controlar tus rasgos físicos, sí tienes un control total sobre tu forma de vestir y de arreglarte. De hecho, generalmente asumimos que una persona hace consciente y deliberadamente una declaración personal sobre sí misma con cada parte de su apariencia que puede afectar de alguna manera.

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Tu ropa es responsable del 95 por ciento de la primera impresión que das a alguien porque, en la mayoría de los casos, tu ropa cubre el 95 por ciento de tu cuerpo. Tu arreglo personal, tu peinado y las demás formas de determinar tu apariencia del cuello para arriba también ejercen una influencia desmesurada en la forma en que te perciben, en tu ethos con alguien. Tus accesorios, como el bolso o el maletín, el reloj, la corbata, los anillos, los bolígrafos y otros elementos, hacen una declaración que te ayudará o no a ponerte en posición de influir en alguien.

Ahora, aquí hay dos cosas que puedes hacer inmediatamente para poner estas ideas en acción.

En primer lugar, toma el control completo de cada detalle de tu apariencia personal y tu aseo. Resuélvase a lucir como una persona poderosa e influyente en todas sus actividades empresariales.

Segundo, estudie la moda y la vestimenta adecuada para saber exactamente qué ponerse y en qué combinación. Lee un libro, asiste a un seminario o incluso contrata a un asesor de imagen. Pequeños cambios en tu apariencia pueden cambiar tu vida.

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