La división celular es el mecanismo por el que el ADN se transmite de una generación de células a la siguiente y, en última instancia, de los organismos progenitores a su descendencia. Aunque tanto los eucariotas como los procariotas llevan a cabo la división celular, lo hacen de forma diferente. En concreto, las células eucariotas se dividen mediante los procesos de mitosis y meiosis. La mitosis es común a todos los eucariotas; durante este proceso, una célula madre se divide en dos células hijas genéticamente idénticas, cada una de las cuales contiene el mismo número de cromosomas que la célula madre. La meiosis, en cambio, sólo se produce en los organismos eucariotas que se reproducen sexualmente. Durante la meiosis, las células necesarias para la reproducción sexual se dividen para producir nuevas células llamadas gametos. Los gametos contienen la mitad de cromosomas que las demás células del organismo, y cada gameto es genéticamente único porque el ADN de la célula madre se baraja antes de que la célula se divida.Esto ayuda a garantizar que los nuevos organismos formados como resultado de la reproducción sexual sean también únicos.
A diferencia de los eucariotas, los procariotas (entre los que se encuentran las bacterias) experimentan un tipo de división celular conocido como fisión binaria. En algunos aspectos, este proceso es similar a la mitosis; requiere la replicación de los cromosomas de la célula, la segregación del ADN copiado y la división del citoplasma de la célula madre. Sin embargo, la fisión binaria es menos compleja que la mitosis debido a que las células procariotas tienen una estructura más simple que las eucariotas.
Esta unidad se centra principalmente en los dos tipos de división celular utilizados por los eucariotas. Comienza explicando los principales pasos de la mitosis, y a continuación examina las principales similitudes y diferencias entre este proceso y la meiosis. A continuación, la unidad explora la recombinación y la mutación, dos de las principales razones por las que las células hijas no siempre contienen el mismo ADN que sus células progenitoras.
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