Breezy Point tras el huracán Sandy

El huracán Sandy golpeó la ciudad de Nueva York el 29 de octubre de 2012. En el transcurso de 48 horas, el viento, la lluvia y el agua destruyeron aproximadamente 300 hogares, dejaron a cientos de miles de neoyorquinos sin electricidad, dañaron infraestructuras públicas y privadas fundamentales y dejaron a muchos neoyorquinos vulnerables con acceso limitado a alimentos, agua potable, atención sanitaria y otros servicios críticos. La preparación y la respuesta inmediata de la ciudad de Nueva York al huracán Sandy fue una de las mayores movilizaciones de servicios públicos de su historia, y demostró la dedicación de los trabajadores de la ciudad y la perseverancia de los neoyorquinos para recuperarse y reconstruir.

La tormenta provocó la muerte de 44 residentes de la ciudad e infligió unos daños estimados en 19.000 millones de dólares y la pérdida de actividad económica en toda la ciudad de Nueva York. Lo más significativo es que más de 69.000 unidades residenciales resultaron dañadas, y miles de neoyorquinos fueron desplazados temporalmente.

La Ley de Asignación de Fondos de Ayuda para Desastres de 2013 proporcionó fondos de ayuda de emergencia a múltiples agencias federales con el fin de ayudar en los esfuerzos de recuperación. Como parte de esta legislación, la ciudad de Nueva York recibió aproximadamente 4.200 millones de dólares en subvenciones en bloque para el desarrollo de la comunidad – Recuperación de desastres para hacer frente a una serie de necesidades, incluyendo la reconstrucción y rehabilitación de viviendas, la asistencia a los inquilinos desplazados, la ayuda a las empresas y el refuerzo de las defensas costeras.

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