La soja no es del todo mala

Pero si algunos estudios señalan los peligros de la soja, otros sugieren importantes beneficios. Por ejemplo, las isoflavonas pueden impedir el crecimiento de las células de cáncer de mama dependientes del estrógeno, según los resultados publicados en el número de marzo de 2000 de la revista Cancer Research. Esto se debe a que las isoflavonas parecen animar al cuerpo a descomponer el estrógeno más rápidamente, antes de que pueda estimular el crecimiento de las células cancerosas. En lugar de permanecer en la sangre, los trozos de moléculas de estrógeno acaban en la orina.

Las isoflavonas también pueden ralentizar el crecimiento de las células de cáncer de próstata, según un estudio publicado en el número de junio de 2000 de la revista International Journal of Oncology. Otros estudios insinúan que el consumo de soja puede ayudar a prevenir las enfermedades cardíacas, la endometriosis e incluso la osteoporosis en las mujeres, afirma Gillespie. Sin embargo, si cree que puede padecer alguna de estas enfermedades, consulte a su médico antes de realizar cambios sustanciales en su dieta.

El mayor impacto de la soja se produce en los niveles de colesterol, según un montón de estudios. Uno de ellos, publicado en el número de diciembre de 1998 de la revista American Journal of Clinical Nutrition, descubrió que los hombres que seguían una dieta baja en grasas y utilizaban la soja como principal fuente de proteínas durante cinco semanas veían cómo sus niveles de colesterol «malo» (LDL) disminuían hasta un 14% y sus niveles «buenos» (HDL) aumentaban hasta un 8%. Los hombres que siguieron una dieta baja en grasas pero que, en cambio, recurrieron a la carne como proteína, también vieron mejorar significativamente sus niveles de colesterol, aunque no tanto como los consumidores de soja.

Y el consumo de soja ayuda a sustituir los productos de origen animal, que están cargados de grasas saturadas y colesterol, dice el nutricionista Mark Messina, PhD, autor de The Simple Soybean and Your Health.

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