Griselda Blanco, apodada la Madrina de la Cocaína, la Madrina y la Viuda Negra, (nacida el 15 de febrero de 1943, Santa Marta? Colombia-murió el 3 de septiembre de 2012 en Medellín), traficante de cocaína colombiana que amasó un vasto imperio y fue una figura central en las violentas guerras de la droga en Miami en los años 70 y 80.
¿Cómo fue la infancia de Griselda Blanco?
Griselda Blanco creció en la pobreza, y su vida delictiva habría comenzado a temprana edad. Según algunos relatos, a los 11 años ayudó a secuestrar a un niño y, después de que su adinerada familia se negara a pagar el rescate, le disparó mortalmente.
¿Cuándo se casó Griselda Blanco?
Griselda Blanco se casó tres veces. Era una adolescente cuando se casó con su primer marido, y se separó de su último marido en 1983. Su segundo marido, Alberto Bravo, la introdujo en el tráfico de cocaína. La llamaban la «Viuda Negra» porque al parecer mató u ordenó la muerte de cada uno de sus maridos.
¿A qué se dedicaba Griselda Blanco?
Griselda Blanco era una traficante de cocaína colombiana. En los años 70 y 80 fue una figura central en las violentas guerras del narcotráfico en Miami y, según los informes, introducía anualmente más de tres toneladas de cocaína en Estados Unidos, obteniendo unos 80 millones de dólares al mes.
¿Por qué era más conocida Griselda Blanco?
En su afán por eliminar a su competencia durante su estancia en Miami, Griselda Blanco hizo gala de una descarada crueldad que sumió a la ciudad en un periodo de violencia que se conoció como la Guerra de los Vaqueros de la Cocaína. Se dice que ordenó numerosos asesinatos, muchos de los cuales fueron cometidos por pistoleros en motocicletas, una práctica que se dice que ella inventó.
Aunque hay cierta confusión sobre su lugar de nacimiento, varias fuentes lo dan como Santa Marta, Colombia, donde Blanco fue bautizada. Creció en la pobreza y su vida delictiva comenzó a una edad temprana. Según algunos relatos, a los 11 años ayudó a secuestrar a un niño y, después de que su rica familia se negara a pagar el rescate, le disparó mortalmente. También se la acusa de ser carterista y prostituta. Siendo aún adolescente, se casó con un delincuente de poca monta, y la pareja tuvo tres hijos. Sin embargo, posteriormente se divorciaron -se cree que Blanco ordenó su asesinato varios años después- y a principios de la década de 1970 comenzó una relación con Alberto Bravo, un narcotraficante con el que finalmente se casó. Fue a través de él que se involucró en el tráfico de cocaína. Con la ciudad de Nueva York como base, la pareja comenzó a introducir la droga en Estados Unidos. Con la ayuda de la creatividad de Blanco -en particular, mandó hacer ropa interior con compartimentos secretos para el contrabando de drogas-, la pareja creó una operación extensa y muy rentable. Sin embargo, al enfrentarse a cargos relacionados con la droga, Blanco regresó a Colombia en 1975. Ese año llegó a creer que su marido estaba robando dinero, y un tiroteo entre la pareja acabó con la muerte de Bravo. Haciendo honor a su apodo de «viuda negra», al parecer también mandó matar a su tercer marido.
A finales de la década de 1970, Blanco se había trasladado a Miami, donde se hizo famosa como la «madrina de la cocaína». Tratando de eliminar a su competencia, hizo gala de una descarada crueldad que sumió a la ciudad en un período de violencia que se conoció como las Guerras de los Vaqueros de la Cocaína. Al parecer, ordenó numerosos asesinatos, muchos de los cuales fueron cometidos por pistoleros en motocicleta, una práctica que se dice que ella inventó. Además, varios de los asesinatos se produjeron a plena luz del día, incluido un tiroteo en un centro comercial local en 1979. Respaldada por esa violencia y una aguda astucia, Blanco se convirtió en una de las narcotraficantes más ricas del mundo. Según los informes, introducía anualmente más de tres toneladas de cocaína en Estados Unidos, obteniendo unos 80 millones de dólares al mes. Blanco adoptó su imagen de delincuente y llamó a uno de sus hijos Michael Corleone, en honor a un jefe criminal de la serie El Padrino. También disfrutaba de un estilo de vida fastuoso que incluía casas de lujo y fiestas hedonistas.
Atraída por sus rivales y temiendo por su vida, Blanco se trasladó a California en 1984. Sin embargo, al año siguiente fue detenida y llevada a Nueva York para enfrentarse a los cargos de drogas de 1975. Declarada culpable en 1985, fue condenada a la pena máxima de 15 años de prisión, aunque al parecer siguió dirigiendo su imperio mientras estaba encarcelada. Durante este tiempo, las autoridades intentaron presentar más cargos contra Blanco, que estaba implicada en más de 200 asesinatos. En 1994, después de que uno de sus sicarios, Jorge Ayala, accediera a testificar contra ella, Blanco fue acusada de tres asesinatos, entre ellos el del hijo de dos años de un antiguo sicario, que murió durante un atentado fallido contra su padre. Los fiscales pedían la pena de muerte, pero la credibilidad de Ayala se vio mermada cuando se reveló que había mantenido relaciones sexuales telefónicas con secretarias de la fiscalía; una de las mujeres afirmó que actuaba por orden del fiscal, que negó los cargos. En 1998, Blanco acabó declarándose culpable a cambio de una reducción de la condena, y seis años después fue liberada y deportada a Colombia. Al parecer, Blanco se retiró de la vida delictiva, pero en 2012 fue asesinada por un pistolero en moto cuando salía de una carnicería en Medellín.
Más grande que la vida -y una de las pocas mujeres que alcanzó tal poder en el mundo de las drogas- Blanco inspiró libros, películas y programas de televisión. En particular, apareció en el documental Cocaine Cowboys (2006) y fue la figura central de Cocaine Cowboys 2: Hustlin’ with the Godmother (2008).
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