Los mandalas son imágenes devocionales budistas que a menudo se consideran un diagrama o símbolo de un universo ideal. Los mandalas tienen muchas formas. A menudo se pintan en pergaminos y se llevan con los viajeros a través de largas distancias por el continente euroasiático. Aprenda más sobre el budismo a través de la comprensión de una de sus obras de arte más icónicas.
Un mandala es un símbolo del universo en su forma ideal, y su creación significa la transformación de un universo de sufrimiento en uno de alegría. También puede utilizarse como ayuda para la meditación, ya que ayuda al meditador a visualizar cómo alcanzar el yo perfecto.
Los mandalas se crearon al servicio de una de las grandes religiones del mundo, el budismo. Se produjeron en el Tíbet, India, Nepal, China, Japón, Bután e Indonesia y datan del siglo IV hasta la actualidad. Ahora se crean en todo el mundo, incluida la ciudad de Nueva York.
Los monjes budistas tibetanos del monasterio de Drepung Loseling regalaron a la ciudad de Nueva York un mandala de arena especial como muestra de curación y buena voluntad tras el acto terrorista contra la ciudad del 11 de septiembre de 2001. La construcción del mandala comienza con una ceremonia en la que los monjes consagran el lugar e invocan las fuerzas del bien mediante cantos, meditación y música. A continuación, en el transcurso de diez días, los monjes vierten millones de granos de arena coloreada desde embudos metálicos tradicionales (chak-purs), purificando y sanando el espacio y sus habitantes en el proceso. Poco después de su finalización, los monjes desmontarán el mandala para simbolizar la impermanencia de todo lo que existe y dispersarán la arena para compartir su bendición.
Historia y geografía
Siddhartha Gautama, el Buda, nació en lo que hoy es Nepal en el año 563 a.C. Aunque sabemos que sus seguidores difundieron el mensaje de la Iluminación después de su muerte, la presencia de arte budista suele ser la primera prueba de la existencia del budismo en un lugar determinado.
Los primeros vestigios de arte budista se produjeron en la India durante el siglo I a.C.
Los misioneros budistas transportaron las doctrinas desde la India a lo largo de la Ruta de la Seda (a través de las regiones de Karakorum e Hindu Kush, Cachemira, partes del actual Pakistán y el norte de Afganistán) ya en el siglo III a.C.. Los artefactos le siguieron algún tiempo después. Las pruebas literarias y arqueológicas indican que el budismo llegó a China en el siglo I a.C. Desde China, el budismo llegó a Corea en el siglo IV a.C. y desde Corea se extendió a Japón a mediados del siglo VI a.C.
Para el siglo I a.C. el budismo había llegado a varias regiones del sudeste asiático y adquirió especial importancia en Indonesia durante los siglos VII y VIII a.C.El budismo llegó al Tíbet (actual región autónoma del Tíbet, situada en el suroeste de China) en el siglo VII. Algunos pintores eran monjes. Todos los pintores tenían una mentalidad religiosa, y en el budismo tibetano estos pintores debían someterse primero a ciertos ritos de iniciación. Las pinturas eran encargadas por un mecenas.
Los artistas trabajaban sentados en el suelo con el cuadro apoyado en su regazo o delante de sus piernas cruzadas.
Las pinturas
Se creaban de forma sistemática, procediendo a través de cinco pasos:
- Preparación de la superficie de la pintura
El soporte más común (el material subyacente) era la tela estirada sobre un marco de madera. La tela se dimensionaba con una aplicación de gelatina para recubrirla y endurecerla. Sobre el soporte se aplicaba un fondo, una capa superior, de gesso (pigmento de tierra blanca, ya sea tiza o arcilla blanca). El gesso se pulía para crear una superficie perfectamente lisa. - Establecimiento de un diseño mediante un boceto de transferencia
El mecenas indicaba lo que debía representarse. Se podía proporcionar un diagrama. Muchas composiciones estaban fijadas por la iconografía budista y la tradición artística. Pueden dibujarse de memoria o según ejemplos estándar. El boceto preliminar se hacía con lápiz de carbón. El dibujo final reforzaba el boceto con pincel y tinta negra. - Colocación de las capas iniciales de pintura
Las pinturas eran de dos tipos, pigmentos minerales y tintes orgánicos. Los pinceles consistían en una punta de finos pelos de animal unida a un mango de madera por un hilo. Los pigmentos minerales se mezclaban con un aglutinante, normalmente cola de cuero, antes de ser aplicados como pinturas. Normalmente se utilizaban para la primera capa de colores. - Sombreado y contorno
- Se utilizaban tintes orgánicos para el sombreado y el contorno.
- Acabados
- La mayoría de los pintores terminaban la obra raspando la pintura con el filo de un cuchillo para crear una superficie uniforme. A continuación, el artista espolvoreaba el cuadro con un plumero o trapo y frotaba la superficie con una pequeña bola de masa de harina de grano reseca. De este modo se restablecía un acabado mate y se recogía el polvo de pintura restante. El último pigmento depositado era dorado.
Autor: Nancy Blume.
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