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Qué es
Una radiografía del pie es una prueba segura e indolora que utiliza una pequeña cantidad de radiación para obtener una imagen del pie de una persona. Durante el examen, una máquina de rayos X envía un haz de radiación a través del pie, y se registra una imagen en una película especial de rayos X o en un ordenador. Esta imagen muestra los tejidos blandos y los huesos del pie, que incluyen los huesos del tarso (huesos del tobillo), los huesos metatarsianos (extremo anterior del pie) y las falanges (dedos).
La imagen de rayos X es en blanco y negro. Las estructuras densas que bloquean el paso del haz de rayos X a través del cuerpo, como los huesos, aparecen en blanco. Los tejidos corporales más blandos, como los músculos, permiten el paso de los rayos X a través de ellos y aparecen más oscuros.
Un técnico de rayos X del departamento de radiología de un hospital o de la consulta de un proveedor de atención sanitaria realiza las radiografías. Por lo general, se toman tres imágenes diferentes del pie: una desde el frente (vista anteroposterior o AP), una desde el lado (vista lateral) y una en ángulo (vista oblicua).
Por qué se hace
La radiografía del pie puede ayudar a encontrar la causa de los signos y síntomas comunes como el dolor, la sensibilidad, la hinchazón o las deformidades. Puede detectar huesos rotos o articulaciones dislocadas. Después de que se haya fijado un hueso roto, una radiografía puede ayudar a determinar si los huesos están en la alineación adecuada y si han sanado correctamente.
Si se requiere una cirugía, se puede tomar una radiografía para planificar la cirugía y para evaluar los resultados de la operación. Además, una radiografía puede ayudar a detectar quistes, tumores e infecciones de los huesos en etapas posteriores.
Preparación
Una radiografía del pie no requiere ninguna preparación especial. Es posible que le pidan a su hijo que se quite la ropa (incluidos los zapatos), las joyas o cualquier objeto metálico que pueda interferir en la imagen.
Los bebés en desarrollo son más sensibles a la radiación y corren más riesgo de sufrir daños, así que si su hija está embarazada, comuníqueselo a su médico y al técnico de rayos X.
Procedimiento
Aunque el procedimiento puede durar unos 15 minutos o más, la exposición real a la radiación suele ser inferior a un segundo.
Se le pedirá a su hijo que entre en una sala especial que probablemente contenga una mesa y una gran máquina de rayos X colgada del techo. Los padres suelen poder entrar con su hijo para tranquilizarlo. Si se queda en la sala mientras se hace la radiografía, se le pedirá que lleve un delantal de plomo para proteger ciertas partes de su cuerpo. Los órganos reproductores de su hijo también estarán protegidos con un escudo de plomo.
El técnico colocará a su hijo sobre la mesa o fuera de ella y, a continuación, se situará detrás de una pared o en una sala contigua para manejar la máquina. Normalmente se toman tres radiografías (de frente, de lado y en ángulo), por lo que el técnico volverá a colocar el pie para cada radiografía. Ocasionalmente, los médicos solicitan radiografías del pie opuesto para compararlas.
A los niños mayores se les pedirá que permanezcan quietos durante unos segundos mientras se realiza la radiografía; los bebés pueden necesitar una sujeción suave. Mantener el pie quieto es importante para evitar que la imagen de la radiografía se vea borrosa.
Qué esperar
Su hijo no sentirá nada mientras le hacen la radiografía. La sala de rayos X puede sentirse fresca, debido al aire acondicionado que se utiliza para mantener el equipo.
Las posiciones necesarias para las radiografías pueden resultar incómodas, pero sólo hay que mantenerlas durante unos segundos. Si su hijo tiene una lesión y no puede permanecer en la posición requerida, el técnico podría encontrar otra posición que sea más fácil para su hijo. Los bebés suelen llorar en la sala de rayos X, especialmente si están sujetos, pero esto no interferirá con el procedimiento.
Después de tomar las radiografías, se les pedirá a usted y a su hijo que esperen unos minutos mientras se procesan las imágenes. Si están borrosas o no son claras, es posible que haya que volver a hacer la radiografía.
Obtención de los resultados
Un radiólogo, un médico especialmente capacitado para interpretar las imágenes de las radiografías, examinará las radiografías de su hijo y enviará un informe a su médico, que comentará los resultados con usted y le explicará lo que significan.
En caso de emergencia, los resultados de una radiografía pueden estar disponibles rápidamente. De lo contrario, los resultados suelen estar listos en 1 ó 2 días. En la mayoría de los casos, los resultados no se pueden dar directamente al paciente o a la familia en el momento de la prueba.
Riesgos
En general, las radiografías son muy seguras. Aunque hay algún riesgo menor para el cuerpo con cualquier exposición a la radiación, la cantidad de radiación utilizada en una radiografía de pie no se considera peligrosa. Los radiólogos utilizan la mínima cantidad de radiación necesaria para obtener los mejores resultados.
Los bebés en desarrollo son más sensibles a la radiación y corren más riesgo de sufrir daños, por lo que si su hija está embarazada, comuníqueselo a su médico y al técnico de rayos X.
Ayudar a su hijo
Puede ayudar a su hijo a prepararse para una radiografía del pie explicándole la prueba en términos sencillos antes del procedimiento. Puede ser útil explicarle que hacerse una radiografía es como posar para una foto.
Puede describir la sala y el equipo que se utilizará, y tranquilizar a su hijo diciéndole que usted estará allí para apoyarle. En el caso de los niños mayores, asegúrese de explicarles la importancia de permanecer quietos mientras se realiza la radiografía para no tener que repetirla.
Si tiene preguntas
Si tiene preguntas sobre el motivo por el que es necesaria la radiografía del pie, hable con su médico. También puede hablar con el técnico de rayos X antes del procedimiento.
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