Puede ser alarmante escuchar que la diabetes mellitus es ahora reconocida ‘como una de las amenazas de más rápido crecimiento para la salud pública en casi todos los países del mundo’ (Fernandes & Naidu 2017).
Fernandes y Naidu (2017) descubrieron de forma interesante en su estudio que la Teoría de Peplau era capaz de fomentar el compromiso del cliente con el autocuidado de la diabetes.
Antes de la intervención, los niveles medios de glucosa en sangre en ayunas (BGL) de los participantes eran de 124,5 mg/dl. Después de la intervención, la media de los BGLs fue de 115,8 mg/dl.
¿Qué es exactamente la ‘Teoría de Peplau’?
La teoría se relaciona con conceptos modernos como la entrevista motivacional, la autogestión del cliente, la toma de decisiones informadas y el compromiso del cliente (D’Antionio, Beeber, Sills & Naegle, 2014).
Esta teoría implica que el profesional sanitario trabaje para comprender su propio comportamiento, así como el de sus clientes (Adams, 2017).
Adams (2017) explica que el inicio de la relación enfermera-cliente (según esta teoría) es en la «orientación». Es cuando el cliente expone el problema con el que busca el apoyo de la enfermera.
La «identificación» es la siguiente etapa de la relación enfermera-cliente en esta teoría, e implica que la enfermera eduque al cliente. Esta etapa de la relación se centra en crear respeto y trabajar para satisfacer las necesidades del cliente (Adams, 2017).
La tercera fase de la relación enfermera-cliente en esta teoría se denomina «explotación». Esta etapa es en la que la enfermera tiene como objetivo la modificación de la conducta del cliente. En el mejor de los casos, el cambio de conducta del cliente ayudará a satisfacer sus necesidades y la enfermera no dependerá tanto de él.
La etapa final es la ‘terminación’ y, como su nombre indica, esta etapa de la relación enfermera-cliente en la Teoría de Peplau implica que el cliente sea capaz de autogestionar su problema inicial de preocupación. Evidentemente, la enfermera puede entonces liberar al cliente de sus cuidados (Adams, 2017).
Usando la Teoría de Peplau
- Identificar para qué pide ayuda el cliente. Esto significa escuchar activamente sus preocupaciones y explorar su experiencia y comportamientos.
- La enfermera evidentemente necesita ser consciente de sus propios comportamientos. Será esencial actuar de forma profesional, ética, emocionalmente inteligente y sin juzgar. Es necesario generar confianza y respeto.
- Educar al cliente en relación con los temas que le preocupan y le afectan. Asegúrese de utilizar enfoques educativos basados en la evidencia. Centrar la enseñanza en la persona y preguntar al cliente cómo aprende mejor. Esto puede ayudarle a modificar el programa educativo del cliente para que esté más centrado en la persona y sea más eficaz.
- La modificación del comportamiento puede implicar la aplicación de estilos de educación conductista y de coaching basados en la evidencia. Puede considerar la posibilidad de investigar cuáles son los desencadenantes de las conductas preocupantes del cliente (por ejemplo, «¿puede enumerar los acontecimientos que llevaron a esta conducta?»). También puede considerar la fijación de objetivos del cliente y el refuerzo positivo (por ejemplo, elogios verbales positivos como «buen trabajo cumpliendo el objetivo que te has fijado de forma saludable»).
- En la fase de finalización, puede necesitar asegurarse de que el cliente tiene las habilidades y el conocimiento para la autogestión. Por ejemplo, puede querer observar la demostración del cliente del comportamiento deseable. O, como ejemplo diferente, puede significar que el cliente describa o parafrasee sus planes de autogestión. Es importante, como en cualquier proceso de alta de enfermería, que haya un plan de contingencia realista. ¿Dónde buscará el cliente ayuda y apoyo una vez dado de alta? ¿Cuándo se revisará su evolución? ¿Cuándo tendrá lugar la reunión de seguimiento?
- Asegúrese de que se produce una documentación exhaustiva a lo largo de toda la relación/proceso.
- Nótese que las técnicas de autocuidado y colaboración interpersonal, como la Teoría de Peplau, deben utilizarse siempre además de las mejores prácticas de atención a la diabetes.
La Asociación Americana de la Diabetes destaca las siguientes actividades para mejorar la atención a las personas con diabetes:
- Comunicación centrada en el paciente que incorpore ‘las preferencias del paciente, evalúe la alfabetización y los conocimientos numéricos, y aborde las barreras culturales’
- Seguir el marco del ‘Modelo de Atención Crónica’ (MCC) para mejorar la atención a las enfermedades crónicas
- Coordinar la atención a lo largo de la vida del paciente (por ejemplo. embarazo, infancia, edad avanzada)
- Planificar más la prevención de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares
- Facilitar la comprensión de la condición del paciente y de los riesgos y beneficios de sus elecciones de estilo de vida
- Ofrecer apoyo para fomentar las elecciones informadas
- Ofrecer ayuda para la resolución de problemas
- Colaboración activa con otros miembros del equipo multidisciplinar de atención sanitaria
- Apoyar la implementación, el mantenimiento y el cambio de las conductas de salud según sea necesario.’
- Todas las personas con diabetes tipo 2 deberían ser derivadas para recibir una educación estructurada y personalizada sobre la diabetes
(2015)
La Asociación Australiana de Educadores en Diabetes promueve lo siguiente para el autocontrol de la diabetes:
(ADEA n.d.)
Y, el Real Colegio Australiano de Médicos Generales recomienda que:
(RACGP n.d.)
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