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La encuesta más reciente de Monitoring the Future muestra un hecho preocupante: los estimulantes de prescripción como Adderall® y Ritalin® son dos de los fármacos de los que más abusan los estudiantes de último año de secundaria, con un 6,5 por ciento de informes de uso no médico de Adderall® en el último año.1 Los médicos recetan estimulantes para tratar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la narcolepsia (un trastorno del sueño) y, ocasionalmente, la depresión.

Cuando se toman según lo prescrito, estos medicamentos ayudan a mucha gente. Desgraciadamente, con demasiada frecuencia se abusa de ellos al tomarlos en dosis y/o de forma distinta a la prevista, o al ser utilizados por alguien para quien no fueron recetados. Los estimulantes recetados son fármacos potentes, y cuando se abusa de ellos puede haber graves consecuencias para la salud, incluida la adicción. Siga leyendo para conocer los datos sobre los estimulantes con receta y por qué es peligroso abusar de ellos.

Uso indebido

¿Qué son los estimulantes con receta?

Los estimulantes con receta incluyen medicamentos como el metilfenidato (Ritalin® y Concerta®) y las anfetaminas (Dexedrine® y Adderall®). Estos medicamentos, que pertenecen a la misma clase de drogas que la cocaína y la metanfetamina («meth»), aumentan el estado de alerta, la energía y la atención. Como todas las drogas estimulantes, los estimulantes de prescripción aumentan los niveles de dopamina en el cerebro. La dopamina es un neurotransmisor asociado con el placer, el movimiento y la atención.

¿Cómo tratan los estimulantes con receta el TDAH?

Las personas con TDAH tienen problemas para mantener la atención (por ejemplo, inquietud o problemas de concentración), y pueden ser más hiperactivas e impulsivas que otras personas de la misma edad. En el caso de los adolescentes, esto puede suponer una dificultad para completar las tareas escolares o de otro tipo. Los médicos recetan estimulantes como Concerta® y Adderall®, a veces en combinación con asesoramiento, para tratar estos síntomas. Estos estimulantes pueden tener un efecto calmante en las personas con TDAH que les ayuda a concentrarse, mejorando drásticamente su capacidad para mantenerse organizados y completar las tareas.

Cuando se prescriben, los medicamentos estimulantes suelen comenzar con una dosis baja y se aumentan gradualmente hasta que los síntomas disminuyen, o hasta que los efectos secundarios se vuelven problemáticos. Cuando se toman según las indicaciones, los estimulantes recetados producen un aumento lento y constante de la dopamina en el cerebro. Los científicos creen que estos aumentos graduales pueden ayudar a corregir la señalización anormal de la dopamina que puede producirse en el cerebro de las personas con TDAH.

¿Por qué requieren una prescripción?

Los estimulantes de prescripción son medicamentos fuertes, y su uso adecuado necesita la supervisión de un médico. El primer paso es un diagnóstico preciso de un trastorno físico o mental, como el TDAH, por parte de un médico cualificado. A continuación, si es apropiado, se pueden recetar estimulantes. Un médico debe controlar tanto los efectos positivos como los posibles efectos negativos de la medicación para asegurarse de que está tratando los síntomas como se pretende.

ABUSO

¿Por qué se abusa de los estimulantes de prescripción?

Muchos adolescentes afirman abusar de los estimulantes de prescripción para drogarse porque creen erróneamente que los medicamentos de prescripción son una alternativa «más segura» a las drogas ilícitas. Los adolescentes también informan de que abusan de los estimulantes con receta para intentar perder peso o aumentar la vigilia y la atención. Algunos incluso abusan de ellos para sacar mejores notas. Sin embargo, las investigaciones demuestran que el abuso de estimulantes está relacionado con un peor rendimiento académico. ¿Por qué? Porque las personas que abusan de los estimulantes a menudo toman otras drogas y tienen un comportamiento que pone en riesgo su rendimiento académico (por ejemplo, saltarse las clases).

¿Es peligroso abusar de los estimulantes de prescripción?

Sí. De hecho, tomar estimulantes de prescripción en dosis altas, o por inyección, fumando o esnifando, puede afectar al cerebro de forma similar a la cocaína u otras drogas de abuso (ver más abajo). El abuso de estimulantes de prescripción puede dar lugar a niveles anormalmente altos de dopamina, produciendo euforia, una intensa sensación de felicidad. Esto aumenta el riesgo de volver a abusar y, en última instancia, de convertirse en adicto.

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El consumo de estimulantes con receta también puede provocar un aumento de la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal, así como náuseas, dolores de cabeza, ansiedad, psicosis, convulsiones, derrames cerebrales e insuficiencia cardíaca. Las personas que abusan crónicamente de los estimulantes con receta pueden experimentar síntomas de abstinencia cuando dejan de consumirlos. Estos síntomas pueden incluir fatiga, depresión y trastornos del sueño. Aunque no suponen una amenaza para la vida, estos síntomas a menudo hacen que se vuelva a consumir la droga.

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