Una joya verde hacia el extremo noroeste del archipiélago hawaiano, Kauai es comúnmente conocida como la «Isla Jardín.» Es un apodo bien merecido: casi el 97% de este accidentado paisaje permanece sin desarrollar. Cientos de kilómetros de senderos abrazan costas vírgenes y cañones cubiertos de musgo. Las agujas de roca que parecen catedrales se elevan sobre el oleaje. Los recién casados pueden tener Maui. Este lugar está reservado para los que buscan maravillas naturales. Y con la reapertura del Parque Estatal Salvaje de la Costa de Nāpali a principios de este año, nunca ha habido un mejor momento para maravillarse con su majestuosidad.
La costa norte de Kauai quedó aislada para los visitantes después de que una enorme inundación acabara con partes de la carretera en abril de 2018. Hicieron falta 14 meses de restauración para que el tráfico volviera al Parque Estatal de Hāʻena -puerta de entrada al Kalalau Trail, el destino de senderismo más famoso de Hawái-. El cierre dio a la comunidad local la oportunidad de gestionar mejor un delicado ecosistema que se había visto amenazado en los últimos años.
«Nos inundaban con dos o tres mil visitantes al día», recuerda Presley Wann, presidente de Hui Maka’ainana O Makana, una organización sin ánimo de lucro destinada a proteger los recursos naturales y culturales de la región. «Ahora hay que planificar las visitas a Ha’ena reservando en su página web. Hay un tope de 900 personas por día. Y los comentarios tanto de los residentes locales como de los visitantes han sido abrumadoramente positivos.»
El recién implementado North Shore Shuttle funciona seis veces al día transportando a los turistas desde los barrios circundantes de Princeville y Waipa. Los que reservan con dos o tres meses de antelación son recompensados con una experiencia mucho menos agitada y mucho más sostenible que antes. «Estábamos viendo signos de degradación de nuestros senderos de montaña, de los recursos oceánicos, de la calidad del agua y de los impactos del aparcamiento en toda la comunidad de Ha’ena», dice Wann. Tras encabezar las iniciativas de gestión en esta parte de la isla, su organización ha sido galardonada recientemente con el Premio Ecuatorial de las Naciones Unidas.
Una caminata de 11 millas por la costa de Napali seguro que eleva el ritmo cardíaco. Pero también puede conseguir un efecto similar con Princeville Ranch Adventures. Además de montar a caballo y navegar en kayak, la empresa ofrece una excursión en 4×4. Los huéspedes se ponen al volante y atraviesan a toda velocidad un terreno tropical hasta llegar a una tirolina junto a una cascada y una piscina. La experiencia de cuatro horas incluye un almuerzo de picnic y cuesta 169 dólares por persona. Prepárese para llenarse de barro.
«Tenemos la suerte de contar con un gran equipo que vive el estilo de vida y puede guiar a nuestros huéspedes de forma segura y divertida», explica Mariko Lum, una profesional del stand-up paddleboard que trabaja en Kukui’ula. «Mi actividad favorita es nuestra ruta privada de senderismo y ciclismo de montaña que rodea el embalse de Aepohea y nuestra granja orgánica. También se puede hacer SUP, kayak o pescar en el agua. El lugar es un gran patio de recreo»
Independientemente de las actividades recreativas que elija en tierra, no querrá irse de Kauai sin una aventura en el aire. Dado que se puede acceder a tan poca parte de la isla por carretera (la carretera principal bordea sólo 3/4 partes de sus bordes exteriores), una vista aérea no es sólo una cuestión de simple turismo: es la única manera de conocer el interior sensacionalmente exuberante de la isla jardín. Diríjase a Island Helicopters en Līhu’e para asegurarse un asiento en su aventura de aterrizaje en las cataratas del Jurásico, de 275 dólares por persona.
La circunnavegación de la isla, de una hora y media de duración, se interrumpe con una parada de 25 minutos en las cascadas de Manawaioipuna. Atravesando la densa selva, la cascada de 400 pies es reconocible al instante como el lugar de aterrizaje del parque temático en la película original de «Parque Jurásico». Después, el helicóptero asciende y atraviesa los valles de las montañas en su camino hacia el asombroso clímax de la Costa de Nāpali.
«En el extremo de nuestra isla se encuentra el monte Wai’ale’ale, el lugar más húmedo de la tierra; sin embargo, a tan sólo una hora de distancia, en el lado oeste de la isla, está el Cañón de Waimea, un parecido en miniatura al Gran Cañón», describe Lum la enorme sima de roca roja. «La idea de estos dos elementos contrastados de la madre naturaleza, tan distintos y a la vez tan cercanos, siempre me llena de gratitud y me recuerda lo especial que es nuestra isla. Nací y crecí aquí, pero los huaka’is y los nuevos descubrimientos nunca parecen detenerse». De hecho, se podría tardar toda una vida en recorrerlo todo. Las vacaciones promedio aquí duran sólo una semana, así que elija su camino sabiamente.
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