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      Los esguinces son extraordinariamente comunes tanto si eres un atleta de alto nivel, un guerrero de fin de semana o incluso si simplemente das un paso en falso desde un bordillo. A menudo, los esguinces pueden tratarse sin cirugía y con un curso diligente de terapia física del pie y fortalecimiento. Pero a veces esos problemas pueden persistir y requerir cirugía. Un esguince de tobillo se produce cuando se produce una especie de rotación forzada del pie o un balanceo del mismo. Lo más habitual es que esté implicada la parte exterior del tobillo, principalmente dos ligamentos. El esguince es el estiramiento o desgarro de esos ligamentos. Y no es que se rompan por la mitad y ya no sirvan. Normalmente, se trata de un estiramiento de los ligamentos. Y, en verdad, resulta en laxitud. El tobillo se moverá de una manera que no debería durante un período de tiempo. Pero la mayoría de las veces, el cuerpo cura ese esguince con tejido cicatricial que se vuelve más tenso de lo normal. Y esa es realmente una razón para la terapia física después de un esguince de tobillo. Las fracturas por estrés también son muy comunes. Ocurren comúnmente por una variedad de razones. O bien hay algo anormal en el hueso o se le ha pedido al hueso que haga algo anormal. Lo que quiero decir es que, de alguna manera, has aumentado tu actividad más rápido de lo que el hueso puede fortalecerse. Ahora bien, normalmente, las fracturas por estrés en el pie – generalmente el dolor está en la parte superior del pie. Puede haber o no mucha hinchazón, pero suele haber sensibilidad, lo que significa que si se presiona la zona, duele al tacto. Así que si has tenido un cambio en la actividad, has estado haciendo un poco más y desarrollas un dolor que duele cuando caminas o ciertamente duele más cuando tratas de correr en él, eso es preocupante para una fractura por estrés.

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