Aunque los pepinos tienen una historia antigua en Oriente Medio, los tomates, originarios de Sudamérica, no se cultivaron en la región de Siria hasta posiblemente el siglo XIX, durante el Imperio Otomano. Gil Hovav, editor gastronómico y cocinero israelí, sitúa los orígenes de la ensalada israelí en una ensalada árabe palestina. Afirma que «esta ensalada que llamamos ensalada israelí, en realidad es una ensalada árabe, ensalada palestina….». La idea de que lo que se conoce en los delis neoyorquinos como «ensalada israelí» procede de una ensalada rural palestina también es compartida por Joseph Massad, profesor palestino de Política Árabe en la Universidad de Columbia, como ejemplo de la apropiación de alimentos palestinos y pan-sirios como el hummus, el falafel y el tabbouleh por parte de Israel como «platos nacionales». El historiador de la alimentación Gil Marks describe cómo los inmigrantes judíos de finales del siglo XIX encontraron por primera vez la ensalada de pepino y tomate en la entonces Palestina otomana, y remonta su presencia allí a la çoban salatası (ensalada de pastor) turca. Adoptada y popularizada en Israel por los kibbutzim, las distintas comunidades judías que emigraron al país han realizado variaciones de la receta básica. Por ejemplo, los judíos de la India la preparan añadiendo jengibre finamente picado y chiles verdes, los judíos del norte de África pueden añadir cáscara de limón en conserva y pimienta de cayena, y los judíos de Bujara pican las verduras extremadamente finas y utilizan vinagre, sin aceite, en el aliño.
Otras ensaladas picadas similares que se encuentran en Oriente Medio, incluyen la ensalada persa shirazi سالاد شيرازي (que incluye menta, cebollas picadas y pepinos pelados), y la turca çoban salatası; entre otras que se encuentran en toda la zona del Mediterráneo oriental en Turquía, Líbano y Egipto. La cocina del subcontinente indio también incluye una variante de esta ensalada, llamada «kachumber».
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