La artritis reumatoide es una enfermedad complicada. La causa se desconoce pero aunque aún no hay una cura para esta enfermedad autoinmune, es posible manejarla. La artritis es un problema muy común, pero hay muchos tipos diferentes.

Los tratamientos para la artritis reumatoide pueden variar tanto como sus síntomas, pero durante los últimos 20 años, el tratamiento de esta enfermedad ha cambiado mucho, con la aprobación de muchos medicamentos nuevos y muy eficaces.

«Ahora tenemos mejores tratamientos para mantenerlo sano.»

– Dr. John O’Shea

Estos medicamentos pueden retrasar o detener el daño en las articulaciones, minimizar la discapacidad y reducir la inflamación, el dolor y la hinchazón. Los cambios de estilo de vida incluyen disminuir el estrés, seguir una dieta saludable, dejar de fumar y descansar lo suficiente.

Algunos medicamentos se toman por boca y otros requieren inyecciones periódicas. Aunque son muy eficaces, tienen efectos secundarios. «Por eso, es fundamental que un especialista en enfermedades reumáticas haga el diagnóstico correcto. Este médico debe comprender las diferentes causas de la artritis en adultos y en niños, y debe tener experiencia con los medicamentos nuevos», explica el Dr. John O’Shea, director científico del Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (NIAMS, por sus siglas en inglés).

«Además de afectar a las articulaciones, la artritis reumatoide y las otras enfermedades autoinmunes causan inflamación en todo el cuerpo», añade el Dr. O’Shea.

El objetivo principal del tratamiento de la artritis reumatoide es reducir la inflamación y el dolor, detener el daño en las articulaciones y permitir que una persona lleve una vida normal.

«Ahora tenemos tratamientos más eficaces para ayudarle a estar bien, y hay estudios clínicos que examinan específicamente el fenómeno de la inflamación», añade el Dr. O’Shea. Uno de los medicamentos, tofacitinib, aprobado para el tratamiento de la artritis reumatoide en 2012, actúa sobre una proteína descubierta a principios de la década de los 90 por el Dr. O’Shea y sus colegas.

El Dr. O’Shea y su equipo están estudiando las bases molecular y genética de la artritis reumatoide y de otras enfermedades inflamatorias con el objetivo de encontrar tratamientos nuevos.

Los investigadores también están examinando la historia natural de la enfermedad en niños y adultos para comprender mejor la manera en que la artritis reumatoide evoluciona y afecta la vida de las personas.

Además, los investigadores del NIAMS están colaborando con investigadores que no forman parte de los NIH para averiguar si las personas con artritis reumatoide que están en remisión (sin síntomas de la enfermedad) mientras toman medicamentos llamados inhibidores del factor de necrosis tumoral (TNF, por sus siglas en inglés) están en riesgo de que los síntomas reaparezcan si dejan en tomar el medicamento.

Otro estudio financiado por el NIAMS está examinando a personas con artritis reumatoide que tienen inflamación en los vasos sanguíneos y el tejido cardíaco, lo cual puede causar enfermedad del corazón.

«Las personas con artritis reumatoide tienen un 50 por ciento más de riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o insuficiencia cardíaca», explica la Dra. Joan Bathon, jefa de la División de Reumatología del Columbia University Medical Center en la ciudad de Nueva York.

El estudio clínico, conocido como TARGET, busca averiguar si el tratamiento de la artritis reumatoide también reduce la inflamación de los vasos sanguíneos. Se cree que la inflamación de los vasos sanguíneos es uno de los primeros factores de predicción de la ateroesclerosis (endurecimiento de las arterias), que puede causar un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular. Si los medicamentos para la artritis reumatoide reducen la inflamación de los vasos sanguíneos, eso podría reducir el riesgo de un ataque al corazón o de un accidente cerebrovascular. «Queremos tratar la artritis reumatoide de manera radical, para ver si eso contribuye a la salud del corazón», dice la Dra. Bathon.

La participación en un estudio clínico como TARGET ayudará a que los investigadores encuentren una cura más rápidamente. Este estudio se lleva a cabo en 30 centros de los Estados Unidos y pronto se incorporarán más sitios a esta investigación.

«Hay muchos tratamientos, pero ninguno de ellos cura la enfermedad», añade la Dra. Bathon. «En vez de curarla, previenen las complicaciones relacionadas. La artritis reumatoide se puede manejar. En este momento nos estamos concentrando en los resultados y en ayudar a que las personas se recuperen».

En definitiva: Si usted tiene síntomas de artritis reumatoide, el diagnóstico temprano es fundamental. También es crítico recibir un tratamiento radical lo más pronto posible para frenar la enfermedad e impedir que cause daño permanente en las articulaciones.

Foto: cortesía de John O’Shea

julio 11, 2018

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