Este artículo forma parte de Epi Loves the Microwave, nuestra exploración (¿reivindicación?) del electrodoméstico que todo el mundo ama odiar.
Es terriblemente fácil cocinar en exceso -o en defecto- los alimentos en tu microondas. Y no es ninguna sorpresa: A diferencia de lo que ocurre cuando se cocina en los fogones, es mucho más complicado controlar la comida cuando hay que parar el microondas, abrir la puerta, comprobar la comida, cerrar la puerta y volver a pulsar el botón de inicio. Mucho más trabajo que levantar la tapa de una olla a fuego lento.
¿El otro gran obstáculo para que la comida esté perfectamente cocinada en el microondas? El propio microondas. O al menos su potencia. Por muy buena que sea tu receta para el microondas, si fue probada con una máquina de 800 vatios, y la tuya es de 1.200 vatios, entonces te espera una comida triste y arrugada. A no ser, claro, que sepas los vatios.
Puedes encontrar los vatios de tu microondas mirando su manual. Porque sabes dónde está, ¿verdad? Si prefieres no rebuscar en las cajas de los hornos tostadores y en los cables de los ordenadores portátiles para encontrarlo, intenta encontrar los vatios en el propio aparato. Suele estar en una etiqueta justo en la puerta o en su interior. Y si todo lo demás falla, es fácil comprobar el vataje por tu cuenta. El vataje oscila entre 600 y 1.200 y es un indicador bastante bueno de la potencia de un microondas (cuanto más alto sea el vataje, más potente es).
Para encontrar una aproximación del vataje de su máquina, llene una taza de medición de líquidos apta para microondas con 1 taza de agua fría. Caliente el microondas a potencia alta y vigílelo, anotando el tiempo que tarda el agua en hervir:
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1 minuto y medio: 1.200 vatios
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2 minutos: 1.000 vatios
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2 minutos y medio: 800 vatios
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3 minutos: 700 vatios
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4 minutos: 600 vatios
Con esta información, puede ajustar el nivel de potencia de su microondas -o el tiempo de cocción- para adaptarlo a la potencia especificada en la receta elegida.
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