Newswise – Aunque sólo se produce entre el 0,1 y el 3 por ciento de todas las cirugías no cardíacas, el riesgo de sufrir un ictus tras la intervención sigue siendo una complicación que preocupa a los pacientes. Una nueva investigación revela que los pacientes que experimentan una presión arterial más baja durante la cirugía no cardíaca pueden enfrentarse a un mayor riesgo de desarrollar un ictus tras la operación.

Investigadores del Centro Médico Universitario de Utrecht, en los Países Bajos, investigaron el posible papel de los distintos niveles de presión arterial durante la cirugía en la aparición de un ictus tras la misma. El ictus tras la cirugía es, en la mayoría de los casos, un ictus isquémico o embólico debido a la liberación de partículas durante la cirugía que obstruyen un vaso sanguíneo del cerebro.

«La investigación se centró en pacientes sometidos a procedimientos distintos de las cirugías cardíacas, neurológicas o carotídeas, que ya conllevan un mayor riesgo conocido de desarrollo de ictus posquirúrgicos», dijo el doctor Cor J. Kalkman, del Centro Médico Universitario de Utrecht (Países Bajos)

El estudio incluyó a más de 30.000 pacientes sometidos a cirugía entre enero de 2002 y marzo de 2008. Se seleccionaron 41 pacientes que experimentaron un ictus en los 10 días posteriores a la cirugía y se emparejaron con 164 pacientes de control que no experimentaron un ictus.

Tras ajustar los factores de riesgo de ictus conocidos de edad, sexo, antecedentes de diabetes, hipertensión e ictus previo, los investigadores hallaron una tendencia hacia un mayor riesgo de ictus después de la cirugía para los pacientes que experimentaron niveles de presión arterial más bajos durante la intervención quirúrgica.

«Aunque estos hallazgos son de importancia clínica porque la presión arterial es un factor controlable, los resultados deben interpretarse con extrema precaución debido al pequeño número de pacientes con ictus y a la compleja interacción de los factores del paciente y de la cirugía en el riesgo de ictus después de la intervención quirúrgica», dijo el doctor Kalkman. «Especialmente en el caso de los pacientes enfermos o de edad avanzada, que pueden ser menos tolerantes a los niveles bajos de presión arterial, los resultados indican que el control y la vigilancia estrictos de la presión arterial pueden ser el siguiente paso para prevenir el exceso de accidentes cerebrovasculares.»

Para todos los grupos de pacientes, los antecedentes de ictus previos siguen siendo el principal factor de riesgo para desarrollar un ictus después de una intervención quirúrgica.

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