El famoso asesino Edward Gein asesina a su última víctima, Bernice Worden de Plainfield, Wisconsin. Sus robos de tumbas, su necrofilia y su canibalismo acapararon la atención nacional, y pueden haber servido de inspiración para los personajes de Norman Bates en Psicosis y del asesino en serie Buffalo Bill en El silencio de los corderos.
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Gein era un tranquilo granjero que vivía en la zona rural de Wisconsin con una madre extremadamente dominante. Después de que ella muriera en 1945, comenzó a estudiar anatomía, y empezó a robar cadáveres de mujeres de los cementerios locales. En 1954, Gein disparó y mató a la tabernera Mary Hogan, apiló el cuerpo en un trineo y lo arrastró hasta su casa.
El 16 de noviembre, Gein robó a Worden en la ferretería local de la que era propietaria y la mató. Su hijo, un ayudante del sheriff, empezó a sospechar de Gein, a quien se creía algo raro. Cuando las autoridades registraron la casa de campo de Gein, encontraron una escena inimaginablemente espeluznante: había órganos en la nevera, un corazón sobre la estufa y cabezas convertidas en cuencos de sopa. Al parecer, Gein había guardado varios órganos procedentes de sus excavaciones y asesinatos como recuerdos y para decorar. También había utilizado piel humana para tapizar sillas.
Aunque se cree que mató a otras personas durante esta época, Gein sólo admitió los asesinatos de Worden y Hogan. En 1958, Gein fue declarado demente y enviado al Hospital Estatal de Wisconsin en Mendota, donde permaneció hasta su muerte en 1984.
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