Un objetivo es una meta o finalidad a cumplir para la que se disponen medios determinados. En general, la consecución de un determinado logro lleva implícita la superación de obstáculos y dificultades que pueden hacer naufragar el proyecto o, al menos, dilatar su concreción. Además, el cumplimiento o incumplimiento de objetivos puede conllevar sentimientos de euforia o frustración, que afectarán la salud psíquica para bien o para mal de quien se ve afectados por ellos.

El desarrollo normal de la vida de una persona se basa en el planteo de una serie de metas y los esfuerzos que se encaminan para alcanzarlas. Así, desde la infancia y adolescencia, con las metas escolares, pasando por la vida adulta, con las metas laborales y familiares, hasta la vejez, tratando de sobrellevar la salud, toda la existencia de una persona puede analizarse desde el punto de vista de sus objetivos y el modo de relacionarse con éstos.

En el plano personal, todo el tiempo fijamos objetivos, metas y puntos adonde queremos llegar. Sin ellos, de manera segura, no podríamos tener proyectos de vida ni programar o planificar diferentes proyectos: un viaje de vacaciones, desarrollar una carrera, formar una familia, tener un hijo, crear una empresa, desarrollar un emprendimiento, comenzar la práctica de un deporte. Todo se liga a objetivos que, de manera constante fijamos para nuestras vidas. Muchas veces, sino siempre, están ligados a deseos internos que tenemos y que se transforman en metas que queremos cumplir. En cierto modo, si tenemos un «deseo” o «sueño” de, por ejemplo, iniciar un emprendimiento de alguna actividad que nos apasiones, el o los objetivos guiarán todo el proceso de acciones y prácticas para finalmente consolidarlo (y concretizar el sueño o deseo, que hasta su realización será solo algo abstracto).

El primer punto que conviene establecer es que las metas pueden ser muchas y en estos casos impera la importancia de asignar prioridades. En efecto, es imposible pretender abarcarlo todo e, incluso, es una falencia que puede acarrear el fracaso generalizado de nuestros planes. Es por ello que deben ponerse entre los primeros lugares los fines referidos a nuestra salud y a partir de esa base avanzar en aspectos menos relevantes como el económico o el laboral. Esta justa valoración de la importancia de las diferentes áreas es fundamental para alcanzar el éxito. Muchas veces probablemente hayas escuchado lo de la importancia de diferenciar entre «lo urgente” y «lo importante”: y esto pone en evidencia que, en diferentes situaciones, podemos catalogar una actividad o algo pendiente por hacer como urgente, pero que realmente no es importante; o viceversa.

Finalmente, es importante intentar hacer coincidir nuestros objetivos con aquello que la sociedad espera de nosotros. En este sentido existen dos tendencias igualmente dañinas: una es renunciar a nuestras aspiraciones por las de los demás y la otra es desestimar las necesidades ajenas por nuestros planes. Siempre debemos tener en mente que nuestra naturaleza humana conlleva dos aristas que se conjugan: la individualidad y la sociabilidad. Nuestros objetivos, y sobre todo las acciones o prácticas que realizamos para concretarlos no pueden atacar los derechos o bienes de otros, y para su concreción debemos siempre obrar de manera transparente y honesta. Claro que muchas veces la frase «el fin justifica los medios” suele observarse de manera recurrente en la vida cotidiana, y refiere a que cualquier cosa está permitida porque el fin lo justifica, porque estamos detrás de un objetivo, un fin que deseamos o necesitamos lograr/concretar.

Los objetivos, como dijimos, están presentes en todos los aspectos de la vida, y por ejemplo una organización o asociación también necesita de ellos: un grupo de personas que se reúnen con el fin común de ayudar a personas con determinada enfermedad en una comunidad en particular necesita de objetivos precisos que les permita desarrollar su proyecto, recaudar fondos, organizar actividades y eventos, buscar patrocinadores, etc; un equipo de vóley tendrá como objetivo lograr sucesivos triunfos que le permitan ganar tal o cual competencia; en una investigación, un científico requerirá de objetivos precisos que le guiarán su trabajo y le permitirán arribar al resultado deseado.

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