La suciedad:
Los geólogos la llaman halita, los químicos cloruro de sodio (NaCl)- el resto de nosotros la llamamos sal. La sal tiene una historia notable, que se remonta a las primeras civilizaciones. Es un componente vital para el funcionamiento de nuestro cuerpo y tiene más de 14.000 usos conocidos. ¿De dónde viene todo esto?
Hoy en día sería difícil encontrar un hogar sin un salero, pero no siempre fue así. La sal era un producto muy escaso hasta que la revolución industrial proporcionó la tecnología necesaria para descubrir vastas reservas de sal. La sal se utilizaba como una moneda tan valiosa como el oro, con la que se comerciaba y por la que se luchaba en todo el mundo.
«Durante milenios, la sal representaba la riqueza. Los comerciantes de sal del Caribe la almacenaban en los sótanos de sus casas. Los chinos, los romanos, los franceses, los venecianos, los Habsburgo y otros muchos gobiernos la gravaron para recaudar dinero para las guerras.»
Sal: Una historia mundial
La sal se utiliza de miles de maneras en todo el mundo. Es una herramienta que puede mejorar el sabor de los alimentos en la cocina y ayudar en la fabricación de papel, plásticos y fertilizantes. Sus efectos conservantes y antimicrobianos son significativos en la industria de procesamiento de alimentos, y tiene un papel importante en la alimentación de animales y plantas.
Estados Unidos y China dominan en la producción mundial de sal, representando el 40% de los 250 millones de toneladas de sal producidas cada año. Kansas, Luisiana, Michigan, Nueva York, Ohio, Texas y Utah produjeron cerca del 95% de la sal de Estados Unidos en 2016. De hecho, la ciudad de Detroit se asienta sobre uno de los mayores depósitos de sal del mundo, y la mayor parte de la sal utilizada para descongelar nuestras carreteras se extrae de un antiguo lecho marino cerca de Cleveland, a 600 metros bajo el lago Erie.
¡No solo está en tu salero! La sal se utiliza en muchas industrias. Fuente: U.S Geological Survey, 2017
Toda la sal viene del mar
Ya sea que la sal se extraiga de antiguos lechos marinos bajo la ciudad de Detroit, de los Montes Apalaches o de las montañas del Himalaya; se extraiga de cúpulas de sal a lo largo de la costa de Luisiana, o se evapore solarmente de los océanos Atlántico o Pacífico: ¡toda la sal viene del mar!
Hay tres tecnologías básicas para producir sal:
La minería de pozos profundos es muy parecida a la de cualquier otro mineral. La sal existe en forma de depósitos en antiguos lechos marinos subterráneos, que suelen tener kilómetros de longitud y miles de metros de profundidad. La mayor parte de la «sal gema» (utilizada para descongelar carreteras y caminos) se produce de esta manera.
La extracción de soluciones consiste en instalar pozos, similares a los de petróleo y gas, sobre los depósitos de sal e inyectar agua dulce para disolver la sal. La salmuera se bombea y se lleva a una planta para su evaporación.
La evaporación solar es el método más antiguo de producción de sal y depende de climas más cálidos. La sal se captura primero en estanques poco profundos, donde el viento y el sol evaporan el agua. A continuación, la sal se cosecha a mano o a máquina.
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