Cuando hablamos de la depresión, gran parte de la atención se centra en los efectos debilitantes que tiene sobre nuestro estado de ánimo y nuestras emociones. Tanto es así que es fácil olvidar que los cambios en tu cerebro tienen un poderoso impacto en el resto del cuerpo. Sabiendo esto, ¿es de extrañar que la depresión contribuya a una serie de problemas físicos que afectan a todo, desde los vasos sanguíneos hasta el sistema digestivo?

Según el Instituto Nacional de Salud Mental, alrededor del 6,7 por ciento de los adultos en Estados Unidos sufren depresión. También llamada enfermedad depresiva mayor o depresión clínica, las repercusiones de este trastorno de salud mental son mucho más amplias que el sentimiento de tristeza, pena o sentimiento de culpa. De hecho, la depresión puede manifestar una serie de síntomas en el cuerpo que son fáciles de ignorar o descartar como resultado del envejecimiento.

Síntomas físicos de la depresión

Además de un cambio en el estado de ánimo, quienes están deprimidos suelen sentirse cansados y tienden a tener problemas para dormir. Muchas personas con depresión también experimentan dolores de cabeza crónicos y dolores corporales que no remiten con la medicación. Otros síntomas físicos comunes de la depresión son la disminución del interés por el sexo y otras actividades que producen placer, la incapacidad para concentrarse, los problemas de memoria y la dificultad para tomar decisiones.

Sorprendentemente, la depresión también puede tener un impacto bastante grande en el sistema digestivo. Quienes están deprimidos suelen hacer frente a la situación comiendo en exceso, lo que puede provocar un aumento de peso, obesidad y diabetes de tipo 2. Otras personas no comen en absoluto o se dan un atracón de comida basura como forma de autocalmarse. Los patrones irregulares de alimentación pueden provocar problemas físicos en el tracto digestivo, como dolores de estómago, calambres y estreñimiento.

Además de afectar al estado de ánimo, los procesos de pensamiento, los horarios de sueño y el sistema digestivo, la depresión también afecta a uno de los órganos más vitales: el corazón. Cuando una persona está deprimida, las hormonas del estrés se disparan en el cuerpo, haciendo que el ritmo cardíaco se acelere y los vasos sanguíneos se tensen. Esto hace que su cuerpo entre en un estado de emergencia prolongado, que puede acabar provocando un fuerte dolor en el pecho, un ataque al corazón o un derrame cerebral.

Además, los síntomas de la depresión, incluido el insomnio, pueden afectar a su sistema inmunológico. Esto hace que sea más difícil para tu cuerpo luchar contra las infecciones y las enfermedades. Algunas vacunas, como la del herpes zóster, pueden incluso ser menos eficaces en adultos que sufren depresión. Además de esto, la depresión también puede hacer más difícil seguir las instrucciones de su médico, tomar los medicamentos o mantener otros aspectos de un régimen de tratamiento.

¿Está preparado para comenzar su recuperación?

En el Instituto Alvarado Parkway de San Diego, nuestro equipo cuenta con las habilidades, los conocimientos y la experiencia necesarios para ayudar a quienes padecen una enfermedad depresiva grave a vivir de nuevo una vida plena. Si usted o un ser querido sufre un trastorno de salud mental de cualquier tipo, llámenos. Ofrecemos programas de hospitalización y ambulatorios para tratar a quienes sufren depresión, y animamos a nuestros pacientes a incluir a los miembros de la familia en el proceso de tratamiento.

Llame a nuestra línea de crisis de 24 horas al (619) 667-6125 para comenzar su viaje hacia la recuperación hoy mismo.

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