Los recién nacidos ganan peso rápidamente durante los primeros 6 a 12 meses de vida. La mayoría de los bebés duplican su peso al nacer a los 6 meses de edad. Aunque el ritmo de crecimiento disminuye después de los 6 meses, los bebés siguen ganando peso de forma constante durante su primer año de vida. Sin embargo, el ritmo de crecimiento depende de una serie de factores, especialmente de si el niño es amamantado o alimentado con leche artificial.
Altibajos del recién nacido
La mayoría de los recién nacidos a término, que nacen entre las 38 y 40 semanas de gestación, pesan entre 2,5 y 3,5 kilos al nacer. Durante la primera semana de vida, los bebés tienden a perder algo de peso, pero el peso perdido suele recuperarse en la segunda semana de vida. Los bebés alimentados con leche artificial tienden a perder alrededor del cinco por ciento de su peso al nacer en la primera semana; mientras que los bebés alimentados con leche materna pueden perder entre el siete y el diez por ciento de su peso al nacer en la primera semana, señala la Asociación Americana del Embarazo.
De cuatro a seis meses
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Diferencias entre la lactancia materna y la artificial
A partir de los 4 meses de edad, los ritmos de crecimiento entre los bebés amamantados y los alimentados con leche artificial empiezan a cambiar y suelen ser físicamente perceptibles. Debido a que la leche materna tiene un efecto diferente sobre el metabolismo del bebé y los niveles de insulina, los bebés amamantados tienden a almacenar la grasa de manera diferente. Así, los bebés amamantados tienden a ser más largos y delgados, y pesan alrededor de medio kilo menos que los alimentados con leche artificial a los 12 meses, según el sitio web Ask Dr. Sears.
La lactancia materna y el aumento de peso
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Además de que los bebés amamantados son delgados, también son menos propensos a ser obesos más adelante en la vida, señala Doraine Bailey, MA, IBCLC. Los bebés amamantados controlan mejor la cantidad de leche que toman y son menos propensos a consumir en exceso. Esto les enseña a dejar de comer cuando están llenos, en lugar de seguir comiendo hasta que el biberón esté vacío. Cuando los bebés consumen continuamente más de lo necesario, ganan más peso, y este hábito puede continuar en la edad adulta. Además, la leche materna contiene muchos sabores diferentes en función de lo que come la madre; en cambio, la leche de fórmula sabe siempre igual. En consecuencia, los bebés amamantados están más abiertos a comer una mayor variedad de alimentos, como frutas y verduras, que los alimentados con leche artificial.
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