Por ahora, la cirugía es la mejor opción para la mayoría de las personas con una arteria carótida estrecha.
Los globos para abrir las arterias y las diminutas jaulas de malla metálica conocidas como stents ofrecen una alternativa segura y eficaz a la cirugía de bypass para tratar las arterias obstruidas por el colesterol que alimentan el corazón. Unos centímetros más arriba, en las arterias que irrigan el cerebro, aún no está claro si los stents rivalizan con la cirugía. No es que la angioplastia no abra las arterias carótidas estrechas. Lo hace. «Lo que falta es la evidencia que demuestre que la angioplastia carotídea es el equivalente a la cirugía en diferentes grupos de personas», dice el doctor Marc Schermerhorn, jefe de cirugía endovascular del Centro Médico Beth Israel Deaconess, afiliado a Harvard.
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