¿Qué puede ser más reconfortante que una humeante taza de chocolate caliente, en una crujiente tarde de invierno? Pues, para la mayoría de los parisinos, nada más. Y la receta de hoy se trata de complacer a este decadente, pero totalmente sencillo, placer parisino.
«Le Chocolat Chaud», una tradición parisina.
Cuando se está en París, interrumpir las actividades a las 16:00 horas y acurrucarse en el patio climatizado de un café para «observar a la gente» con un «Chocolat Chaud» de acompañamiento, es una tradición muy querida por los lugareños – y que yo abrazo con gusto cada vez que estoy en la ciudad.
Tanto es así, que tengo marcada en mi navegador una lista de los mejores chocolates calientes de París (de My Little Paris, un estupendo blog parisino) que incluye algunos de mis favoritos: Angelina (una parada obligada si vas de compras al distrito de Grands Magasins) y Chez Cyril Lignac (uno de mis chefs franceses favoritos). Si está planeando un viaje a París en breve, asegúrese de marcar esta página
Y aunque francamente no hay nada mejor que disfrutar de un chocolate caliente parisino en París, también es la mejor bebida para preparar en casa: ¡es decadente, reconfortante y tan fácil de hacer! Otra receta que creo que demuestra lo sencillo que es recrear los auténticos sabores franceses dentro de tu propia casa.
Los imprescindibles: chocolate de primera calidad & leche entera (¡y sin nata!)
Para mí, lo que hace que un excelente chocolate caliente parisino sea rico en sabores de chocolate, pero no demasiado. Eso significa que incluye una gran cantidad de chocolate y leche de primera calidad. No lleva nata (¡a pesar de todas las suposiciones!). Esto crea una bebida suave como la seda y profundamente chocolatada. Pero no te sientes demasiado culpable por ello, ya que no es excesivamente rico ni pesado para el estómago, debido a la falta de nata.
Un chocolate caliente tradicional parisino se suele servir tal cual, sin nada o con una pizca de sal marina. Pero debo confesar que también me encanta añadir una cucharada de nata montada casera, que se funde con el chocolate mientras se bebe. También puedes añadir una pizca de cacao amargo sin azúcar por encima y una o dos clementinas al lado. Tendrás todo listo para el remedio perfecto para calentar el invierno.
Notas de cocción:
- A pesar de todas las suposiciones, un chocolate caliente parisino se hace sólo con leche entera, ¡y sin nata! La textura aterciopelada y rica se consigue gracias a la elección de un chocolate agridulce de primera calidad, y a una cantidad generosa del mismo.
- No te precipites en el proceso. Calienta la leche bien y despacio, y bate continuamente para que el chocolate se derrita lentamente (¡asegúrate de usar un batidor!). Tómate el tiempo de cocer la leche a fuego lento también, para crear una textura más espesa.
- Para cortar el amargor del chocolate, añade de 1 a 2 cucharadas de azúcar moreno por cada taza de leche.
- Un chocolate caliente parisino se sirve normalmente en una taza más pequeña que el chocolate caliente en Estados Unidos/Canadá (es decir, una taza grande de capuchino o un tamaño pequeño de taza de té).
Chocolate caliente parisino
Ingredientes
4 tazas de leche entera
10 onzas (260g) de chocolate agridulce, finamente picado
4 a 8 cucharadas (50g a 100g) de azúcar moreno (claro u oscuro) – dependiendo de lo dulce que le guste.
Opcional: Nata montada, para decorar
Opcional: Cacao en polvo sin azúcar, para decorar
Instrucciones
Asegúrate de leer las notas de cocina anteriores antes de empezar.
Paso 1 – Calienta la leche en un cazo mediano a fuego medio-bajo. Apague el fuego y bata el chocolate picado. Bate continuamente hasta que el chocolate se derrita.
Paso 2 – Vuelve a poner el fuego a medio, y lleva el chocolate caliente a fuego lento. Cocine a fuego lento durante 3-4 minutos, y bata de vez en cuando hasta que alcance el espesor deseado.
Paso 3 – Apague el fuego y bata el azúcar moreno.
Paso 4 – Vierta el chocolate caliente en tazas individuales (4 tazas de café de tamaño americano o 6 a 8 tazas de capuchino/té de tamaño francés). Opcional: Cubra cada taza con una generosa porción de nata montada y una espolvoreada de cacao sin azúcar. Servir inmediatamente.
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