Las canciones de la libertad eran canciones cantadas por los participantes en el movimiento de los derechos civiles. También se denominan «himnos de los derechos civiles» o, en los casos más parecidos a un himno, «himnos de los derechos civiles».
Las canciones de la libertad fueron una forma de vida durante el movimiento de los derechos civiles. Las canciones contenían muchos significados para todos los participantes. Las canciones podían encarnar la tristeza, la felicidad, la alegría o la determinación, entre otros muchos sentimientos. Las canciones de libertad sirvieron como mecanismos de unidad entre la comunidad negra durante el movimiento. Las canciones también sirvieron como medio de comunicación entre los participantes cuando las palabras no eran suficientes. La canción «We Shall Overcome» se convirtió rápidamente en el rostro del movimiento. Guy Carawan enseñó la popular canción de la libertad durante la primavera de 1960 en un taller celebrado en la Highlander Folk School, haciendo que la canción fuera extremadamente popular dentro de la comunidad.
La música de la época de los derechos civiles fue crucial para la productividad del movimiento. La música comunicaba sentimientos indecibles y el deseo de un cambio radical en toda la nación. La música reforzó el movimiento, añadiendo variedad a las estrategias de progresión de la libertad. La música tuvo mucho éxito porque las canciones eran directas y repetitivas, transmitiendo el mensaje de forma clara y eficaz. Las melodías eran sencillas, con estribillos que se repetían, lo que permitía una fácil participación tanto de las comunidades negras como de las blancas, fomentando la difusión del mensaje de la canción. A menudo se cantaba más que se hablaba durante las protestas y manifestaciones, lo que demostraba la fuerza de las canciones. Era vital nutrir a los que acudían a participar en los movimientos, lo que se hacía en forma de canciones. Los participantes se sentían conectados entre sí y con su movimiento a través de las canciones. Las canciones por la libertad se utilizaban a menudo con fines políticos para llamar la atención de la nación y hacer frente a la gravedad de la segregación.
Las canciones solían derivar de los antecedentes cristianos, normalmente de los himnos. Los himnos se modificaban ligeramente para incorporar una redacción que reflexionara sobre las protestas por los derechos civiles y las situaciones actuales, ya que se sacaban de las iglesias y se llevaban a las calles. Aunque la mayoría de las canciones por la libertad procedían de los himnos, era importante incluir canciones de otros géneros. Para dar cabida a quienes no eran tan religiosos, las canciones de rock and roll podían modificarse para convertirse en canciones de la libertad, lo que permitía que un número más amplio de activistas participara en el canto.
Nina Simone y otros artistas profesionales también son conocidos por escribir o cantar este tipo de canciones. Dos ejemplos son:
- «Mississippi Goddam», de Nina Simone in Concert (1964).
- «To Be Young, Gifted and Black», de Black Gold (1970).
La activista Fannie Lou Hamer es conocida por cantar canciones en marchas u otras protestas, en particular «This Little Light of Mine». Zilphia Horton también desempeñó un papel en la conversión de los espirituales en canciones de derechos civiles.
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