Puesto actualizado el 27 de diciembre de 2019
Pasé gran parte de mi vida universitaria comparándome con los demás. Deseaba tener más ropa, más amigos y más dinero. Quería ser más extrovertida, más guapa, más inteligente y más delgada. Intentaba cambiarme para ser más parecida a la gente que creía que era mejor que yo. Todos hemos pasado por eso, y es difícil no dejar que este tipo de pensamientos se cuelen en nuestra cabeza.
No fue hasta hace unos años que me contenté más con lo que ya tenía en la vida. Quizás fue parte del proceso de crecimiento o quizás me cansé de desear tener más. En cualquier caso, empecé a sentirme en paz con lo que ya tenía, con quién era y con las situaciones que no podía cambiar.
Ya no quería malgastar mi energía mental y física intentando ser alguien que no era. Estaba cansada de preocuparme por si la gente me querría más si tuviera una ropa más bonita o una personalidad *más grande*.
En lugar de eso, traté de aceptarme más a mí misma y a los demás.
Abrí los ojos a las cosas que estaba dando por sentadas. Me reté a mí misma a ser paciente y compasiva, incluso si estaba siendo crítica o desagradecida.
Cuando deseamos constantemente que las cosas sean diferentes, nos perdemos las pequeñas alegrías que tenemos delante de nuestros ojos. Me di cuenta de que si siempre estaba esperando y deseando más, estaría desperdiciando la mayor parte de mi vida.
Entonces, ¿cómo me contenté con lo que ya tengo? Con conciencia, aceptación y paciencia. He aquí cómo puedes cultivar estas tres cosas en tu vida para sentirte más contento con lo que ya tienes:
Cómo estar contento con lo que es
Cultivar la conciencia
Para estar contento con lo que ya tienes, necesitas ser consciente de lo que ya tienes. La mayoría de nosotros estamos tan centrados en el futuro que rara vez nos detenemos a apreciar lo que tenemos delante de nuestros ojos. En su lugar, estate dispuesto a abrir tu mente a las cosas buenas que ya están sucediendo en tu vida.
Una forma de crear más conciencia es hacer una lista de tres cosas por las que estás agradecido cada día. Mi forma favorita de hacerlo es con el Diario de cinco minutos, ya que te pide que escribas lo que agradeces cada día. Si las listas de agradecimiento no son lo tuyo, puedes escribir una lista de cosas que te alegran o simplemente cosas que te importan (personas, lugares, causas, etc.). El libro 52 Lists for Happiness, de Moorea Seal, es una gran herramienta para llevar un diario que te haga pensar en lo que te da alegría.
Por supuesto que hay momentos en los que te compararás con otros o desearás tener algo más en la vida. Recuerda que estos momentos pasarán y no te sentirás así para siempre. En todo caso, el mindfulness te enseña que ninguno de tus pensamientos, sentimientos o creencias tiene por qué ser permanente.
Acepta lo que no puedes cambiar
Una vez que te hayas hecho más consciente de lo que ya tienes (esto requiere una práctica regular), tienes que cultivar una mayor aceptación: de ti mismo, de las situaciones y de los demás. La aceptación es la voluntad de ver las cosas tal y como son en el presente, no nubladas por juicios y prejuicios.
¿Crees que necesitas ser mejor en algo o sientes que deberías ser más como fulano? Pregúntate si estos pensamientos provienen de un lugar de autocompasión. Si están alimentados por los celos o la comparación, da un paso atrás y pregúntate qué es lo más importante para ti en este momento: aceptarte tal y como eres o intentar convertirte en alguien completamente diferente.
Esto no significa que debas aceptar pasivamente todo tal y como es. Obviamente, siempre hay espacio para mejorar (especialmente en nuestro mundo actual), pero la aceptación significa no forzar las cosas para que sean de una manera particular. En cambio, mantente abierto a la idea de que hay más de una manera de hacer algo (y eso significa no vivir tu vida de la misma manera que todos los demás).
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Practica la paciencia
La paciencia consiste en dejar que las cosas se desarrollen a su debido tiempo. Si te permites la gracia, la compasión y la paciencia, verás que ya tienes todo lo que necesitas para estar contento con tu vida. A veces nos precipitamos o tomamos decisiones impulsivas porque tenemos miedo a perdernos.
La paciencia te ayudará a tomar la decisión correcta en cada ocasión.
Quítate la presión de encima dándote un respiro. Aléjate de la búsqueda de respuestas y deja que lleguen. A veces tienes que confiar en el proceso y creer que llegarás a donde necesitas (aunque no sepas cómo). Empieza a abrazar el momento y estate abierto a donde te lleve.
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¿Por qué tres cosas estás agradecido hoy?
Conformarse con lo que tienes no es precisamente fácil, pero es posible. Si te encuentras deseando que la vida sea diferente, recuerda que la conciencia, la aceptación y la paciencia son las claves para vivir con satisfacción.
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