Bienvenidos a nuestra serie Beat The Bloat que explora todas las causas comunes de la hinchazón y lo que puedes hacer para aliviar esa caca.
Esta semana vamos a explorar cómo el alcohol, los viajes en avión y el estreñimiento pueden hacer que te sientas demasiado grande para tu piel y cómo solucionarlo.
La hinchazón es un término general para una aflicción que todos sufrimos en ocasiones. Cuando los médicos hablan de hinchazón, a menudo se refieren a la gaseosidad y a la sensación de plenitud alrededor de la cintura. Si hay una hinchazón apreciable, se denomina distensión abdominal.
En algunos casos, puede que note la hinchazón porque su anillo de boda le aprieta demasiado en el dedo o su ropa le queda un poco más pequeña que ayer. En ese caso, podría decir que se siente hinchada, pero en realidad podría ser retención de líquidos.
Alcohol: romper el sello
Por eso orinas más cuando bebes. Al día siguiente, experimentas retención de líquidos porque tus órganos y tejidos para acumular agua que es vital para los procesos metabólicos del cuerpo. Así que probablemente no sea tu imaginación si tienes la tentación de esconder tu cara de resaca detrás de unas gafas de sol, porque tu cara está más hinchada.
El alcohol también irrita el tracto digestivo y altera la actividad de los músculos de tu estómago e intestino delgado, lo que explica que al día siguiente te sientas un poco cagado.
Las bebidas con menor contenido de alcohol como el vino y la cerveza pueden estimular el tránsito para deshacerse de los metabolitos y toxinas producidos por la descomposición del alcohol en el hígado. Esto puede contribuir a que se produzcan traumatismos en el baño al día siguiente.
Además de eso, se ha demostrado que consumir grandes cantidades de alcohol de forma regular perjudica al hígado, pero también a muchos procesos digestivos, incluyendo la función inmunitaria y la integridad del revestimiento intestinal.
De hecho, el consumo crónico de alcohol puede modificar el microbioma intestinal, provocando disbiosis: alteraciones en la composición de tus bacterias intestinales vinculadas a riesgos para la salud de los que hablaremos más adelante.
☝️ Vence a la hinchazón. Bebe con moderación, evita los atracones y asegúrate de beber mucha agua, no bebidas gaseosas, tanto mientras consumes alcohol como al día siguiente. Evite la cafeína, un diurético que puede agravar la deshidratación causada por la bebida. Si le preocupan sus hábitos de consumo o los síntomas asociados a la bebida, consulte a su médico de cabecera.
Viajar en avión: no es sólo jetlag
Aunque las cabinas están presurizadas, no es en la medida que se experimenta en tierra a nivel del mar. Según la Organización Mundial de la Salud, estar sentado en un avión volando a la altitud de crucero típica equivale a estar en el exterior en una montaña a una altitud de 1.800-2.400 m.
Su cuerpo contiene gases de forma natural, no sólo los que salen por la puerta trasera. Cuando la presión del aire disminuye, los gases se expanden, causando hinchazón. Esto aumenta la presión de los gases en el intestino, lo que lleva a la generalización del polvo de las cosechas entre los pasajeros del avión y a esos inevitables olores que se desprenden.
Para añadir el insulto a la lesión olfativa, cuando los gases internos del cuerpo se expanden, atraen el líquido a estos espacios, causando retención de líquidos. Al mismo tiempo, el aire de la cabina es seco y reseca los conductos nasales, la garganta y la boca, incitando a beber más.
Viajar en avión puede suponer un riesgo importante para la salud en las últimas etapas del embarazo y para quienes han sufrido eventos cardiovasculares como derrames cerebrales e infartos. Consulte la página del NHS Fit For Travel para obtener más información sobre las afecciones médicas que no son aptas para volar.
☝️ Venza la hinchazón. Levántese y muévase con la mayor frecuencia posible para favorecer el flujo sanguíneo. Evite las bebidas con cafeína, así como el alcohol, y asegúrese de beber mucha agua. No cojas el travelator al bajar del avión, camina hasta el control de pasaportes para que tu cuerpo vuelva a estar en movimiento.
Estreñimiento: es un problema crónico
Los elementos del llamado estilo de vida «occidental», como la dieta y el sedentarismo, están asociados al estreñimiento. Las dietas con muchos alimentos procesados son bajas en fibra, una característica importante porque ayuda a que las cacas se desplacen por el tracto digestivo, al añadir volumen y aumentar la viscosidad. Además, la falta de ejercicio físico también agrava el problema.
La actividad aumenta tu tasa metabólica, lo que disminuye el tiempo que tu cuerpo necesita para procesar y descomponer los alimentos que te llevas a la boca. Si no haces suficiente ejercicio, la comida pasa más tiempo dentro de ti. Pero cuando haces la digestión, tu intestino absorbe el líquido de las heces, y cuanto más tiempo pasa dentro de ti, más agua se absorbe, y por lo tanto más difícil es hacer caca.
Hay otras causas como el síndrome del intestino irritable, una condición que afecta al 10-20% de la población del Reino Unido en cualquier momento. Por ejemplo, algunos medicamentos tienen como efecto secundario la deshidratación, que puede provocar estreñimiento.
En cualquier caso, el estreñimiento crónico se considera un problema grave y aumenta significativamente el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
☝️ Vence a la hinchazón. Hazte un hueco para dar un paseo rápido de 30 minutos todos los días a la hora de comer, antes de ingerir una comida con buenas fuentes de fibra dietética procedente de verduras, frutas, legumbres y cereales integrales. No te olvides de beber mucha agua y recuerda consultar a tu médico de cabecera si sufres de estreñimiento habitual o experimentas molestias digestivas agudas.
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