Un niño hispano de 4 años, nacido en Estados Unidos, se presentó con secreción del pene y dolor al orinar. Su madre informó de que no tenía fiebre, traumatismos, antecedentes de masturbación ni antecedentes de viajes recientes. No sospechaba ningún tipo de abuso. No había habido quejas similares en el pasado.
El niño tenía una leve secreción purulenta en el meato uretral externo; eritema del glande del pene; y una mínima inflamación del prepucio, que no podía ser retraído. No había otros hallazgos físicos anormales. El paciente pudo orinar con normalidad. Los resultados del análisis de orina por tira reactiva fueron normales.
El diagnóstico clínico fue de balanopostitis aguda. En un estudio estadounidense, la tercera razón más común para la circuncisión posneonatal fue la balanopostitis recurrente (en el 23% de los casos). Las razones más comunes fueron la cirugía concomitante (en el 27% de los casos) y la elección de los padres (en el 39%).1 Un estudio australiano descubrió que la fimosis, la balanopostitis aguda y la balanitis xerótica obliterante eran las indicaciones médicas más comunes para la circuncisión en todas las edades.2
La higiene inadecuada es la causa más común de la balanopostitis aguda inespecífica, que suele producirse en niños de 2 a 5 años.3 También se ha implicado la irritación por jabones, baños de burbujas, detergente para la ropa y sábanas antiestáticas. Otras causas son los traumatismos por masturbación y las lesiones por cremalleras.3,4
La infección es una causa relativamente infrecuente de balanopostitis aguda en los niños. Candida albicans es el patógeno más frecuentemente identificado, aunque es un saprofito inocente en la mayoría de los casos. Streptococcus pyogenes, Staphylococcus aureus, Neisseria gonorrhoeae, Chlamydia trachomatis y los anaerobios son los patógenos bacterianos habituales en los niños de este país.3,5,6 Las infecciones víricas y protozoarias son causas señaladas en los países del tercer mundo.7 La balanopostitis aguda puede producirse por una infección por S pyogenes debido a la mayor incidencia de porte perineal en pacientes con faringitis estreptocócica.8
La balanitis xerótica obliterante es una causa poco frecuente de balanopostitis aguda en niños.4 Esta afección se manifiesta como placas blanquecinas en la superficie del glande y el prepucio, normalmente alrededor de la corona y hasta el meato externo; el prepucio está engrosado, es fibroso y no es retráctil.
Las características clínicas de la balanopostitis aguda inespecífica incluyen dolor, eritema e hinchazón del glande y el prepucio.9 En la mayoría de los casos, hay poca o ninguna secreción. La balanopostitis aguda causada por S pyogenes se presenta con dolor, enrojecimiento intenso y un exudado húmedo bajo el prepucio y en el glande.3 La secreción uretral verdadera, sugestiva de una enfermedad de transmisión sexual, se observa después de ordeñar la longitud de la uretra empezando por la base del pene.3
En la mayoría de los pacientes prepúberes con balanopostitis aguda, las pruebas de diagnóstico son innecesarias. En los pacientes con secreción, puede estar justificada la realización de una prueba rápida de estreptococos hemolíticos del grupo A.
El tratamiento de la balanopostitis aguda inespecífica incluye un baño de asiento, una limpieza suave del surco prepucial y la aplicación de una crema de corticosteroides de baja potencia.3 Los niños con balanopostitis recalcitrante, recurrente (más de 2 episodios) o una balanopostitis aguda inicial que cause fimosis patológica pueden requerir la circuncisión.3,4
La educación de los padres sobre el cuidado del prepucio puede ayudar a prevenir la recurrencia. El pronóstico es bueno para los pacientes con balanopostitis aguda inespecífica o estreptocócica. En algunos pacientes, la recurrencia puede estar relacionada con una causa subyacente persistente, como la diabetes o la atopia.10*
1. Wiswell TE, Tencer HL, Welch CA, Chamberlain JL. Circuncisión en niños más allá del período neonatal. Pediatrics. 1993;92:791-793.
2. Spilsbury K, Semmens JB, Wisniewski ZS, Holman CD. Circumcision for phimosis and other medical indications in western Australian boys. Med J Aust. 2003;178:155-158.
3. Schwartz RH, Rushton HG. Balanopostitis aguda en niños pequeños. Pediatr Infect Dis J. 1996;15:176-177.
4.Vohra S, Badlani G. Balanitis and balanoposthitis. Urol Clin North Am. 1992; 19:143-147.
5. Orden B, Martin R, Franco A, et al. Balanitis causada por estreptococos beta-hemolíticos del grupo A. Pediatr Infect Dis J. 1996;15:920-921.
6. Kyriazi NC, Costenbader CL. Balanitis estreptocócica beta-hemolítica del grupo A: puede ser más común de lo que se piensa. Pediatrics. 1991;88:154-156.
7. Edwards S. Balanitis and balanoposthitis: a review. Genitourin Med. 1996;72: 155-159.
8. Mogielnicki NP, Schwartzman JD, Elliott JA. Enfermedad perineal por estreptococos del grupo A en una consulta pediátrica. Pediatrics. 2000;106(2, pt 1):276-281.
9. Escala JM, Rickwood AM. Balanitis. Br J Urol. 1989;63:196-197.
10. Birley HD, Walker MM, Luzzi GA, et al. Clinical features and management of recurrent balanitis; association with atopy and genital washing. Genitourin Med. 1993;69:400-403.
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