Se realizó una encuesta (de julio de 2001 a junio de 2002) sobre el uso de antibióticos en 113 rebaños lecheros de 13 condados de Pensilvania. El 50% de las explotaciones lecheras encuestadas mantenían registros de tratamiento con antibióticos. Sólo el 21% de los productores lácteos tenían planes escritos para tratar a los animales enfermos. El 32% de los productores de leche buscaban el consejo de un veterinario antes de administrar antibióticos y en la mayoría de las granjas (93%), los antibióticos eran administrados por el propietario/gerente o el pastor designado. El 24% de los productores de leche afirmaron que siempre completaban el tratamiento con antibióticos. En la mayoría de las explotaciones, el uso de antibióticos fuera de la etiqueta sólo se administraba siguiendo las directrices de un veterinario. Los registros exhaustivos de 33 explotaciones lecheras indicaron que el mayor uso de antibióticos se produjo en los terneros con enteritis (36%), seguido de la neumonía en los terneros (25%) y la podredumbre del pie en el ganado (16%). En estas explotaciones se utilizaron 24 antibióticos, entre ellos betalactámicos, espectinomicina, florfenicol y tetraciclinas. Los antibióticos betalactámicos se utilizaron sobre todo para la terapia de las vacas secas, la mastitis clínica y, en algunas explotaciones, para la neumonía y la metritis. En el 18% de los rebaños lecheros encuestados, el ceftiofur se utilizó de forma extraoficial para tratar la mastitis en el ganado lactante. En el 70% de las explotaciones, los terneros fueron alimentados con sustitutos lácteos medicados que contenían oxitetraciclina y neomicina. Los resultados de este estudio sugieren que los antibióticos se utilizan ampliamente en los rebaños lecheros tanto con fines terapéuticos como profilácticos. Los betalactámicos y las tetraciclinas fueron los antibióticos más utilizados. Existe una considerable variación en las prácticas de gestión asociadas al uso de antibióticos en las explotaciones lecheras. Se espera que los resultados de esta encuesta permitan desarrollar nuevas estrategias para un uso prudente de los antibióticos en los rebaños lecheros.

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