Resumen

Los cometas se encuentran entre el puñado de objetos con albedos muy bajos, en el rango de 0,02-0,06. El material oscuro es común en el Sistema Solar exterior, pero el análisis de los espectros y el albedo de este material por parte de las naves espaciales, incluyendo Cassini y New Horizons, muestra que es diverso, cubriendo un rango de composiciones. Una parte es de color neutro en el visible, como la que se encuentra en Febe, mientras que otra es muy roja, como la de las superficies de los asteroides de tipo D o de la cara de bajo albedo de Iapetus. Los diferentes tipos de material de bajo albedrío pueden reflejar tanto la diversidad composicional, incluyendo la contaminación por volátiles o agentes de oscurecimiento, como las divergentes historias de alteración. La pregunta clave es si un subtipo concreto de material de bajo albedo es prístino -una acumulación de polvo interestelar sin procesar- o un producto final de polimerización y fotólisis en materiales cada vez más complejos. Los cometas tienen albedos similares al hemisferio anterior de Iapetus, a la superficie de Titán y a los asteroides de tipo C y D de menor albedo. Las observaciones realizadas por las cámaras WISE y NEOWISE muestran que los cometas tienen albedos bajos de forma constante (1). La primera medición cuantitativa del material de bajo albedrío en el Cinturón de Kuiper, del que proceden cometas como los de la familia Júpiter, incluido el 67P/Churyumov-Gerasimenko, muestra que incluso este material no es tan oscuro como el que se encuentra en los cometas (2). Los resultados obtenidos tanto por Stardust (3) como, más recientemente, por Rosetta (4, 5) muestran que las superficies cometarias contienen moléculas prebióticas, entre ellas el aminoácido glicina. Otros objetos de muy bajo albedo también se han relacionado con moléculas orgánicas complejas: en Iapetus se han detectado HAPs (6), y se cree que la superficie de Titán está cubierta de hidrocarburos producidos en su capa de bruma (7). La presencia de moléculas orgánicas, incluso complejas, podría ser la característica única del material más oscuro. El envío de material prebiótico desde los cometas a la joven Tierra podría representar un eslabón clave en los orígenes de la vida terrestre. (1) Bauer, J. et al. 2015. Ap. J. 814. (2) Buratti, B. J. et al. 2016. Icarus, en prensa. (3) Sandford, S. A. et al. 2006. Science 14, 1720. (4) Altwegg, K. et al. 2016. Science Advances 2, e1600285. (5) Wright, I. P et al. 2015. Science 349, 6247. (6) Cruikshank, D. et al. 2014. Icarus 233, 306. (7) Clark, R. N. et al. 2010. J. G. R. 115, CiteID E10005. Se agradece la financiación de la NASA.

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