La distinción entre tipo y ficha identifica los objetos físicos que son fichas de un tipo particular de cosa. El «tipo» del que forma parte es en sí mismo un objeto abstracto. La distinción abstracto-concreto suele introducirse y entenderse inicialmente en términos de ejemplos paradigmáticos de objetos de cada tipo:

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Ejemplos de objetos abstractos y concretos
Abstracto Concreto
Tenis Un partido de tenis
Rojo La luz roja se refleja en una manzana y da en los ojos
Cinco coches
Justicia Una acción justa
Humanidad (la propiedad de ser humano) Población humana (el conjunto de todos los humanos)

Los objetos abstractos han despertado a menudo el interés de los filósofos porque plantean problemas a las teorías populares. En ontología, los objetos abstractos se consideran problemáticos para el fisicalismo y algunas formas de naturalismo. Históricamente, la disputa ontológica más importante sobre los objetos abstractos ha sido el problema de los universales. En epistemología, los objetos abstractos se consideran problemáticos para el empirismo. Si los abstractos carecen de poderes causales o de localización espacial, ¿cómo podemos conocerlos? Es difícil decir cómo pueden afectar a nuestras experiencias sensoriales y, sin embargo, parece que estamos de acuerdo en una amplia gama de afirmaciones sobre ellos.

Algunos, como Ernst Mally, Edward Zalta y, posiblemente, Platón en su Teoría de las Formas, han sostenido que los objetos abstractos constituyen la materia definitoria de la metafísica o de la investigación filosófica en sentido más amplio. En la medida en que la filosofía es independiente de la investigación empírica, y en la medida en que las preguntas empíricas no informan las preguntas sobre los abstracta, la filosofía parecería especialmente adecuada para responder a estas últimas preguntas.

En la filosofía moderna, la distinción entre lo abstracto y lo concreto fue explorada por Immanuel Kant y G. W. F. Hegel.

Gottlob Frege dijo que los objetos abstractos, como los números, eran miembros de un tercer reino, diferente del mundo externo o de la conciencia interna.

Objetos abstractos y causalidadEditar

Otra propuesta popular para trazar la distinción abstracto-concreto sostiene que un objeto es abstracto si carece de poderes causales. Un poder causal tiene la capacidad de afectar a algo causalmente. Así, el conjunto vacío es abstracto porque no puede actuar sobre otros objetos. Uno de los problemas de este punto de vista es que no está claro qué es exactamente tener un poder causal. Para una exploración más detallada de la distinción abstracto-concreto, véase el artículo pertinente de la Enciclopedia de Filosofía de Stanford.

Entidades cuasi-abstractasEditar

Recientemente, ha habido cierto interés filosófico en el desarrollo de una tercera categoría de objetos conocida como cuasi-abstracta. Los objetos cuasi-abstractos han llamado especialmente la atención en el ámbito de la ontología social y la documentalidad. Algunos argumentan que la excesiva adhesión a la dualidad platonista de lo concreto y lo abstracto ha llevado a que una gran categoría de objetos sociales se haya pasado por alto o se haya rechazado como inexistente porque presenta características que la dualidad tradicional entre lo concreto y lo abstracto considera incompatibles. En especial, la capacidad de tener ubicación temporal, pero no espacial, y de tener agencia causal (aunque sólo sea actuando a través de representantes). Estas características son exhibidas por un número de objetos sociales, incluyendo los estados del sistema legal internacional.

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