La época medieval estaba llena de mucho dolor y miseria. Una parte se debía a la pobreza y otra a las enfermedades, pero gran parte se debía al hecho de que los seres humanos pueden ser personas increíblemente sádicas. Hay muchas torturas que eran populares en la Edad Media, pero ninguna tan temida como ser estirado en un potro. El potro de tortura, un artilugio que consiste en tumbar a una persona en una mesa atada a unas cuerdas que tiran de sus extremidades, causó un sufrimiento incalculable en toda Europa. Muchas personas, incluidas las de las filas de los templarios, fueron mutiladas con este dispositivo.

A lo largo de los años se recogieron montones de miembros de todos los que cayeron bajo el poder destructivo del potro. A veces, el potro se utilizaba para forzar confesiones o información de personas desafortunadas, pero para muchos, la idea del potro era mucho más poderosa que el hecho de ser sometido a él. Ver el dispositivo en acción podía ser un medio de interrogación mucho más eficaz que experimentarlo uno mismo. ¿Tienes curiosidad por saber cómo de malo era? Consulte la siguiente lista:

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